Hay que reinventar el Comité Olímpico, a la mayor brevedad

Hay que reinventar el Comité Olímpico, a la mayor brevedad

Hay que reinventar el Comité Olímpico, a la mayor brevedad

Pedro Caba

Como era previsible desde hace años, la dirección del Comité Olímpico Dominicano (COD) entró en grave crisis de existencia.

A menos que se produzca una gran renovación, que dé paso a deportistas con sus problemas económicos resueltos y no vayan allí a buscar beneficios pecuniarios o nombradía social, la solución a la actual crisis del COD perdurará por mucho tiempo más.

Ya los que pasaron por la dirección y liderazgo del COD que tenían el compromiso de cambiar el viejo estilo de su fundador, Wiche García Saleta, demostraron más de lo mismo.

Al cerrarle el paso a quienes sí creían en un movimiento olímpico que se fundara en un ejemplar ejercicio de servicio a la juventud, quebraron toda posibilidad de una verdadera reforma al desgastado estilo centralizado y manipulador que prometieron desterrar.

Cada grupo directivo que sucedió a Wiche procuró cultivar relaciones de dependencia con federados eternizados en sus posiciones de mando a cambio de que endosaran apoyo para la eternización en el poder.

Y cuando por diversas razones creyeron cumplidos sus propósitos personales, entonces escogían a su sucesor y con el soporte de los federados comprometidos lo instalaban en la máxima dirección. Así ha sido, una y otra vez, hasta el presente.

A menos que los actuales directivos y jefes federados hagan conciencia ya demasiado daño han hecho al deporte para sustentar objetivos personales en exceso cumplidos, y den paso a una nueva generación de dirigentes la situación del COD seguirá en crisis. Es mucho pedir dirían algunos, pero es la única salida a la vista.

La solución final puede iniciar con una invitación a prestantes empresarios, profesionales acreditados ante la sociedad y personalidades reconocidas, todos con sus problemas económicos resueltos y deseos de servicios a participar en la dirección del COD. La invitación debe partir de los propios actuales directivos del COD en un ejercicio de desprendimiento que los haga meritorios de reconocimiento público.

No es cierto que para ser directivo del COD se debe previamente provenir de una federación.
En un segundo nivel, esos nuevos directivos proclamarían la necesidad de renovar el liderazgo federativo en procura de impedir las prácticas deleznables del pasado.

Al primer paso de los renunciantes, deben seguir ahora los demás directivos del COD que todavía permanecen en sus puestos, y todos juntos convocar a una asamblea eleccionaria con un amplio listado de candidatos libres de sospechas. Y harán honra a su historial deportivo, así sea a última hora.

*Por Pedro Caba