Muchas Aguas, recurso natural que muta y no deja de sorprender

Muchas Aguas, recurso natural que muta y no deja de sorprender

Muchas Aguas, recurso natural  que muta y no  deja de sorprender

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SANTO DOMINGO .- Poco después del inicio de las restricciones por el Covid-19, el balneario Muchas Aguas empezó a lograr notoriedad entre los que, desesperadamente, buscaban librarse del cerco sanitario.

El placer de la complicidad tras cometer un acto de ilegalidad menor, producía entre sus visitantes la euforia del que quiere contar algo que no debe.

Fue así como proliferaron publicaciones en redes sociales, que exhibían charcos edénicos que invitaban, primero a la duda, luego a fijar la atención, a leer comprensivamente los pies de fotos y de vídeos colgados en redes y preguntar por la ubicación.

Cada posteo a traición con la causa, abandonado a su suerte en el universo digital, incidía exponencialmente en el número de visitantes que llegaban a Muchas Aguas, llegando a alertar a las autoridades, que para entonces, procedieron a su clausura.

Sin embargo, ya el sueño de los residentes del municipio de Cambita Garabitos, consistente en ver su recurso natural elevado al estatus de atractivo turístico, empezaba a materializarse.

Lo que debes de saber

Muchas Aguas está ubicado en la provincia de San Cristóbal, a solo 30 minutos de Santo Domingo y se llega al lugar por la carretera de Cambita Garabitos.

Es terreno propio del Río Nizao y está anclado a la parte este de la desembocadura de la presa de Valdesia.

El relieve del terreno y las vías de acceso son ideales para vehículos todoterreno, aunque abundan los que, utilizando carros, motos y buggies, se aventuran al menos hasta la parte inicial del balneario.

Recomendaciones

Cuando decidas visitarlo, tendrás una amplia variedad de opciones gastronómicas que ofrecen pequeños restaurantes de la zona a precios que oscilan entre los ciento cincuenta y los doscientos pesos. Uno de esos lugares, es Mucha Agua Hotel y Restaurant. Allí, han sido habilitadas habitaciones sencillas para aquellos que decidan hospedarse en la zona.

Es, al momento de preparar este contenido, el único lugar próximo a Muchas Aguas, con esta característica dual. Cada habitación, puede ser rentada por RD$1,500 la noche, el equivalente a unos 27 dólares.

En cuanto a la comida, hay otros lugares igualmente pequeños de expendio de comida y de bebidas.

Sobre el hospedaje, muchos de los grupos dedicados a preparar paquetes de excursión optan por incluir la opción de acampar en las inmediaciones del río.

Niegan hasta lo sumo que existan inconvenientes con la seguridad, pues “los cambiteros nos conocemos todos, nadie se atreve a lo mal hecho, además, la gente está empezando a considerar esto aquí como una fuente de generación y saben que hay que cuidarlo”, asegura Juan C. Rodríguez, uno de los que se dedican a ofertar recorridos en el área.

Rodríguez es integrante de los grupos de guías que hay en la zona, la mayoría jóvenes que han empezado a vislumbrar el potencial económico de la zona.

El equipo de reporteros de EL DÍA, compartió con @avocadotravelRD.

@elpezquefuma y @cambitours son otras de las opciones de guía, por citar algunos aquí.

Inicio de la aventura
Justo antes de llegar a Muchas Aguas, el clúster turístico de San Cristóbal, ha ideado como requisito de entrada al balneario, la compra de una funda plástica por RD$50.00, que deberá fungir como zafacón y recordatorio sobre la importancia de evitar el derrame de desperdicios en las aguas del río.

Este lugar es también el límite para los vehículos de pequeño calado.

Si no quieres aventurarte más adentro, no importa. Una chorrera de agua fresca y la sombra de los árboles te proporcionarán toda la relajación que nunca tendrás en la ciudad.

Si vas en grupo, una parrillada sería lo ideal, lo mismo que si quieres volver a nuestros orígenes y cocinar a leña. Alternativa bastante común entre los visitantes del lugar.

Gente solidaria

Hay allí una alta concurrencia de personas, quienes por lo general, no son ajenos a las dificultades que puedan presentar vehículos y visitantes distraídos: son extremadamente solidarios.

Deberás tener cuidado pues por las condiciones del terreno, los vehículos suelen desplazarse a gran velocidad para sortear la falta de fricción.

Caminatas

A partir de allí, un recorrido de unos seiscientos metros es lo único que resta para motos, buggies y los vehículos 4X4.

De no contar con los anteriores, deberás disponer de la energía suficiente para una caminata de por lo menos veinte minutos, llevar ropa cómoda, agua para tomar, protector solar y zapatos deportivos.

Este trayecto inicial, conduce hasta el primero de los grandes charcos conocido como La Estancia.

Es en realidad, uno de muchos charcos. Los que son propios del lugar, recomiendan a los visitantes acudir a la zona en varias ocasiones, siempre decidiendo por uno de los charcos para así, poder disfrutarlos a plenitud.

La exploración

Pero si la aventura y tus antecedentes sanguíneos de exploración y descubrimiento afloran, La Estancia seguirá siendo, todavía, el inicio del trayecto.

La sensación de saber qué hay más allá, te empujará, en primer lugar, al Valle de las Piedras. Una frontera natural que da acceso a lo que aparenta ser, las fauces de un gran mamífero cuya lengua líquida es franqueada por dientes de roca sedimentaria y una extensa arboleda que parece sostenerles a modo de brackets.

Ten cuidado, la belleza es tal, que puedes pasar desapercibidamente puertas de entrada al mismísimo cielo como le dicen los lugareños a Muchas Aguas.

Haciendo de Hernán Cortés, podrás nombrar los charcos visitados siempre que puedas justificar el nombre con la forma de las piedras, el color del agua y la fuerza de la corriente.

Será algo pasajero, pero un buen aperitivo para el ego.

Tras poco más de una hora treinta minutos de caminata (siempre que hagas el trayecto sin paradas), llegarás a lo que se conoce como El Barco. Un charco que desaparece y reaparece cada cierto tiempo y cuyas piedras del entorno, asemejan la estructura externa de, como su nombre lo indica, un barco.

Este suele ser el destino final de los que se aventuran a conocer Muchas Aguas, pues si bien hay más por caminar , se recomienda hacerlo desde los Cacaos, otra área paradisíaca y que demanda una atención exclusiva.

Cambia constantemente

Para el tiempo de lluvia, Muchas Aguas sufre cambios debido al desfogue de la presa.

Esto le confiere un aire de misterio incluso para los que se criaron próximo al lugar.

“Cada vez que llueve y uno regresa por aquí no sabe lo que va a encontrar. Hay charcos que desaparecen, se forman otros, las piedras cambian de lugar, adquieren nuevas formas, esto es una maravilla de Dios”, dice Natanael Paniagua, quien visita Muchas Aguas desde sus catorce años. Tiene 34 actualmente.

Paniagua siempre acudía a Muchas Aguas en compañía de sus compañeros de iglesia hasta que descubrió, que podía proyectar más allá de Cambita, el recurso natural.

Junto a Rodríguez, Paniagua se ha dedicado a colaborar con el clúster turístico de San Cristóbal aunque, en etapa de formación se encuentra otro similar de cobertura solo en Cambita.

Ambos solicitan un mayor apoyo de las autoridades para educar a los lugareños a los fines de que puedan entender las implicaciones de vivir próximo a un lugar de potencialidad turística.

“Eso es lo único. Que todavía nos falta aprender a tratar a los visitantes dominicanos y a los extranjeros tan bien como realmente se debe en los lugares turísticos”.

Mientras todo lo que debe llegar llegue, visita Muchas Aguas. Especial, único, hermoso, son solo algunos de los adjetivos con los que se puede describir el balneario de la provincia San Cristóbal, en República Dominicana.

Prepárate para disfrutar la experiencia
—1— Nombres
Esmeralda, El Barco, La Zurza, los Charcos de Nizao son algunos de los nombres que le asignan los lugareños a los espacios del río.
—2— Indispensables
Si tienes sobrepeso se recomiendan unas licras para evitar la fricción que se produce al caminar. Si vas a pernoctar, un repelente de mosquitos también podría ayudar.

50
Pesos dominicanos
Lo que se paga por una funda plástica en la que deberás depositar los desperdicios que generes.