El COD está “ maleado” y debe reconstruirse de inmediato

El COD está “ maleado” y debe reconstruirse de inmediato

El COD está “ maleado” y debe reconstruirse de inmediato

Pedro Caba

En vez de persistir en el error de seguir manipulando el Comité Olímpico Dominicano como se ha estado haciendo desde la sustitución del Wichy García Saleta hasta hoy, los actuales titulares de la institución deben anunciar medidas heroicas que salven sus carreras como deportistas.

Y al mismo tiempo posibiliten la honra de que el país asista con sus credenciales, bandera-himno, a los Juegos Olímpicos de París y a los próximos Juegos Centroamericanos y del Caribe de Santo domingo sin mayores contratiempos. Y para ello deberían suceder varias cosas:

1.-Que los actuales directivos se desprendan de su personalismo e ínfulas de liderazgo centralizado y de manera humilde llamen a todos los renunciantes incorporarse de nuevo a sus puestos directivos para dar la apariencia a la comunidad nacional e internacional de que existe el sólo propósito de conducir el olimpismo a cumplir sus obligaciones.

2.-Que todos los directivos, sin excepción, anuncien su renuncia para una fecha específica y dar paso a una convocatoria de elección de una nueva directiva.

3.-La directiva actual se encargará de contactar la sociedad en sus distintos niveles para una selección de candidatos a puestos directivos del COD con la siguiente credencial: que tengan, en primer lugar, sus problemas económicos resueltos y que provengan de sectores profesionales o empresariales de reconocida solvencia.

En segundo lugar, que amen a la juventud y defiendan su futuro con sanidad mental y física.

Debe partirse de que para ser directivo olímpico no tiene que ser federado. Y a los antiguos expresidentes y directivos del COD que posibilitaron descarrilar a esa institución del Movimiento Renovador que procuró reorientarlo después de suceder a García Saleta se pongan a prudente distancia de la organización y adopten la misma actitud de los actuales directivos. Después de todo, ellos los prohijaron.

*Por Pedro Caba