¿Qué se discute?

¿Qué se discute?

¿Qué se discute?

Resulta un absurdo discutir las condiciones económicas en las que las actuales autoridades asumieron el Gobierno, pues todos saben que enfrentamos la peor crisis que ha vivido la humanidad, incluso desde antes de la Primera Guerra Mundial, por los efectos de la pandemia.

La situación económica del país es actualmente algo más que calamitosa, pues hace siete meses se detuvo el aparato productivo y una industria tan relevante para República Dominicana como el turismo prácticamente dejó de funcionar como consecuencia del Covid-19.

También resulta absurdo reclamar recuperación frente a un fenómeno sanitario y económico global que aún está en evolución.

De lo que se trata es de qué estamos haciendo o qué vamos a hacer para levantar nuestra economía, mientras contenemos el avance de un Covid-19 que en muchos otros países luce revitalizado con toda su letalidad conocida.

Los agentes políticos y económicos tienen la responsabilidad de liderar a un país en el trance para salir de esta crisis sanitaria, económica y social que enfrentamos.
EL DÍA ve con satisfacción el espíritu de colaboración de muchos sectores, los esfuerzos por dinamizar el turismo, reactivar la economía y contener la pandemia.

Lo que no asimilaremos es que en estas circunstancias se pretenda someter al país a una estéril discusión politiquera.

Estamos ocupados en asuntos institucionales importantes, como son impulsar una justicia que actúe con vigor y solo impulsada por el compromiso de hacer cumplir las leyes, y en la constitución de una Junta Central Electoral con miembros dignos, eficientes, honrados, capaces y que no respondan a la dirección política de ningún partido (grande o pequeño) o a instituciones empeñadas en asaltar las oficialías del Estado Civil para impulsar agendas espúreas.

Estamos inmersos en la conformación de un Consejo Nacional de la Magistratura que deberá renovar altas cortes, la designación de un defensor del pueblo adecuado y en que paguen sus culpas si algunos violentaron las leyes en el ejercicio de funciones públicas

Como pueden ver, tenemos que hacerle frente a los efectos de una pandemia, mientras atendemos asuntos institucionales relevantes.
No tenemos tiempo para lo irrelevante.



Noticias Relacionadas