Sobrevivir el corto plazo

Sobrevivir el corto plazo

Sobrevivir el corto plazo

Federico Alberto Cuello

Para algunos esto no era más “que una gripecita”. Para otros, había que lograr la inmunidad “dejando contagiar a la comunidad”.

Para China y Corea, los dos países que mayor resiliencia han demostrado frente al coronavirus, el objetivo era minimizar rápidamente la tasa de contagio para evitar la saturación de las unidades de cuidados intensivos.

El método chino fue drástico: cuarentena en ciudades enteras, construcción acelerada de unidades de atención y análisis masivos de laboratorio para detectar tempranamente los casos de infección, evitando así nuevos contagios.

China acabade pasar página, logrando que cada día sean cada vez menos los infectados. Este 19 de marzo puso a circular un manual de gestión del coronavirus, codificando el duro trabajo realizado.

El método coreano combinó las pruebas masivas con una efectiva campaña de promoción y con el seguimiento digital. Los análisis de laboratorio, gratuitos como en China, se pueden hacer sin siquiera salirse del carro y en cosa de 10 minutos recibir los resultados por WhatsApp.

Al ritmo de 15 mil análisis diarios han sido capaces de evaluar a 3,600 personas por cada millón de habitantes. En comparación, los EE UU han evaluado a 5 personas por millón.

La cuarentena coreana se limita a la persona contagiada previamente detectada y conlleva su discreta vigilancia utilizando la huella que deja su celular. Un método similar ya se usa en Israel.

No hacer nada, claramente, no es una opción, como costosamente ya saben Norteamericanos y Europeos, donde las bolsas se desinflan, las monedas se devalúan y el petróleo ya volvió al nivel del 2002. Al unísono reclaman las columnas de opinión moratorias en los pagos, reducciones adicionales a las tasas de interés y el aumento de emergencia de las inversiones públicas.

El primero en reaccionar fue el nuevo Ministro del Tesoro inglés, Rishi Sunak. Su programa de inversiones costará 15% del PIB, financiado con más deuda que la emitida por el laborista Gordon Brown, en 2008-2010.

Su programa incluye además garantías crediticias, posposición de pagos impositivos y transferencias directas a las empresas más necesitadas de liquidez. Aún así, la libra esterlina está en su nivel más bajo desde 1985.

Las palabras de la Gobernadora del Banco Central Europeo, Christine Lagarde, se tomaron “à la gaffe”, cuando dijo que es cada gobierno europeo el que debe gastar más.

El público interpretó que el BCE no respaldaría a sus miembros, de los cuales esItaliala más afectada en lo sanitario y en lo financiero, con las mayores tasas de infección, de saturación de sus unidades de cuidados intensivos y, en consecuencia, de muertes por coronavirus. Su prima de riesgo se duplicó inmediatamente y el euro sigue cayendo libremente.

Sobrevivir el corto plazo impone así a cada país la obligación de buscar la combinación más adecuada de medidas sanitarias, fiscales y monetarias para responder a la caída en la demanda internacional de sus bienes y servicios, del consumo interno por el ausentismo de trabajadores en cuarentena (cuyas labores no se puedan realizar remotamente) y de la capacidad empresarial y nacional de honrar sus compromisos crediticios.

Arduo será el camino a recorrer, no importa el nivel de desarrollo del país que lo acometa. Sin duda que saldrá fortalecido si hace las reformas que, hasta la crisis, había dejado postergar.

*Por Federico Alberto Cuello Camilo



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