La necesaria prudencia

La necesaria prudencia

La necesaria prudencia

Lady Reyes, directora de Encuentros Interactivos.

El día de ayer se vivió un momento histórico en en nuestro país luego que la Junta Electoral anunciara la suspensión de las Elecciones Municipales.

Mucho dinero, energía y tiempo invertido en un sistema de votación “que no dio la talla” -crónica de un problema anunciado- y en una campaña que ha sacado lo peor de algunas personas.

Muertes y heridos, caos en algunos lugares, ánimos exacerbados y la acostumbra diatriba de los políticos donde acusan, se defienden o se limpian las manos como Pilatos.

A esto se suma la incertidumbre ciudadana, el temor a la inestabilidad social y económica que se potencia con la “inmediatez de las redes” que circula rumores, alarma y hasta mentiras.
Todo esto es nido de cultivo para “el caos y el pánico”, situación que algunos aprovechan para “pescar en río revuelto”.

Es en estos momentos donde se debe hacer un llamado a la prudencia, tanto de las autoridades, como de los actores políticos y la ciudadanía en general para que logremos mantener la estabilidad, al mismo tiempo que se dan los pasos que, según nuestras leyes, siguen a una situación de esta índole.

Los próximos días son críticos para mantener un estado de derecho y respeto a las leyes para que nuestra democracia pueda salir fortalecida de este tropiezo. Seamos prudentes. No demos pie a la desinformación y alarma.

Las autoridades electorales deben rendir las cuentas de un proceso muy cuestionado que nos ha hecho retroceder como el cangrejo; los políticos tienen una oportunidad de oro para demostrar el dominio de esa “cordura y nervios de acero” tan necesarios para lo que tanto aspiran: “gobernar y dirigir”; y a nosotros, los ciudadanos, nos toca esperar en calma que se agoten los procedimientos dispuestos en la Ley Electoral para que podamos salir de esta “laguna democrática” que nos ha costado tanto dinero como nación.

Seamos prudentes. Es el momento de esperar, aún nos sintamos defraudados, engañados e indignados. No seamos incitadores ni replicadores de “noticias falsas”. Hagamos el ejercicio de confirmar los “hechos” antes de compartirlos en nuestras redes o círculo de amigos.

Situaciones como ésta nos comprometen a buscar fuentes confiables, como la de los medios de comunicación, para evitar una alarma innecesaria. Practiquemos la prudencia.



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