Para que no se olvide

Para que no se olvide

Para que no se olvide

Un día como hoy hace 59 años, marchaban por las calles de Santo Domingo las tropas norteamericanas que en la víspera habían iniciado una intervención militar para detener a las fuerzas que se habían levantado en armas en procura de restablecer el orden constitucional roto con el golpe de Estado de 1963.

Este acontecimiento no sólo marcó un punto de inflexión en nuestras vidas como país, sino que también nos dejó lecciones vitales que nunca debemos olvidar.

En medio de esta situación, valientes dominicanos se enfrentaron a fuerzas poderosas con el objetivo de preservar nuestra soberanía y defender nuestros ideales de independencia y autodeterminación.

Los sacrificios realizados por aquellos que resistieron son un testimonio de su coraje y compromiso con nuestra tierra y nuestro pueblo.

Es imperativo que recordemos y honremos el valor de aquellos que resistieron la intervención, no solo como un acto de heroísmo individual, sino como un símbolo de la determinación colectiva de un pueblo que se niega a ser sometido.

Sus acciones nos recuerdan la importancia de la unidad y la solidaridad en tiempos de adversidad.
Hoy, en un contexto político y social complejo, es esencial reflexionar sobre estos eventos pasados y aprender de ellos.

Debemos hacer un llamado a la concordia y a evitar las confrontaciones fratricidas que puedan dividirnos como nación. Recordemos que la unidad y el respeto mutuo son fundamentales para fortalecer nuestra democracia y preservar nuestra soberanía.

Mirando hacia el futuro, debemos trabajar juntos para construir una sociedad donde prevalezca el diálogo y la colaboración en lugar de la discordia y el enfrentamiento. Solo así podemos asegurar que eventos dolorosos como la intervención de 1965 nunca se repitan en nuestra historia.

Recordemos siempre el legado de aquellos que lucharon por nuestra libertad y usemos su ejemplo como inspiración para construir un país más justo, inclusivo y pacífico. Mantengamos viva la memoria de nuestra historia para que las futuras generaciones comprendan la importancia de la unidad y la paz en la construcción de una nación próspera y soberana.

Que la lección de nuestra historia nos guíe hacia un futuro lleno de esperanza y oportunidades para todos los dominicanos.