El mundo viene experimentando una situación inédita en materia energética con la guerra entre Rusia y Ucrania. Sobre todo porque se trata de un mundo que cada día crece y cuenta con más estructuras productivas y laborales globales.

Un mundo donde el conjunto de los países que lo integran se mueve con el consumo de petróleo.

En términos prácticos, ¿qué significa que el mundo esté comprando el barril de petróleo Brent en 105,14 dólares, mientras que el WTI cuesta en el mercado norteamericano 103,01 dólares el barril? La respuesta es sencilla: mover el mundo está costando hoy mucho más que hace un quinquenio. Los gobiernos están comprando más o igual cantidad de barriles de petróleos por un precio mayor.

Eso incluye, naturalmente, a República Dominicana. Tenemos un impresionante gasto en materia de pago por la compra del combustible que mueve al país.

La pregunta es, ¿qué se hizo con esa cantidad de dinero que, hasta hace poco, no pagábamos? Sería oportuno, que ahora que inicia un año sin el agobio del Covid-19 y empezaremos con esta crisis que genera la guerra de Rusia con Ucrania, el Gobierno asuma responsabilidades y medidas de previsión.
Una responsabilidad que trascienda, naturalmente, el ámbito de los discursos.

Esa respuesta tendrá que ver con la aplicación de una rebaja significativa de los impuestos para los consumidores nacionales, para los dueños de vehículos, ya sea la flotilla de una compañía de transporte público o de un usuario individual. Ya en El Salvador se hizo, y funciona.

Es hora de ver un alivio sobre este tópico; que se vea reflejado en los bolsillos del pueblo dominicano. Y sobre todo que se transfiera al costo de la canasta familiar.