Bruselas.- El alto representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, afirmó este sábado que «son injustificables los disparos de soldados israelíes contra civiles que intentan acceder a alimentos», en alusión a los 115 gazatíes que murieron cuando los militares abrieron fuego contra personas que asistían a un reparto de alimentos.
En un comunicado, Borrell reclamó una «investigación internacional imparcial» sobre estos acontecimientos, con el objetivo de obtener «un panorama claro de los hechos y responsabilidades».
«La responsabilidad de este incidente recae en las restricciones impuestas por el ejército israelí y las obstrucciones por parte de extremistas violentos al suministro de ayuda humanitaria», apuntó el jefe de la diplomacia europea.
En su opinión, este incidente revela que las restricciones que impone Israel para la entrada de ayuda humanitaria a Gaza «contribuyen a crear escasez, hambre y enfermedades, pero también un nivel de desesperación que genera violencia».
Borrell recordó a Israel que tiene la responsabilidad de «cumplir las normas del derecho internacional y proteger la distribución de ayuda humanitaria a las poblaciones civiles».
El jefe de la diplomacia europea auguró un «caos total que hará imposible la distribución de ayuda humanitaria» si no cesan los combates entre Israel y Hamás y persiste «el desprecio al derecho internacional humanitario».
Borrell reclamó a Israel que elimine las restricciones para la entrada de ayuda humanitaria en Gaza y permita el acceso humanitario «libre, sin obstáculos y seguro» a través de todos los puntos fronterizos con la Franja.
«Instamos a Israel a eliminar inmediatamente los obstáculos en el cruce de Kerem Shalom y abrir el acceso en el norte en los cruces de Karni y Erez, abrir el puerto de Ashdod a la ayuda humanitaria y permitir un corredor humanitario directo desde Jordania», añadió.
En su opinión, los lanzamientos de comida desde el aire, como el que hoy llevó a cabo por primera vez Estados Unidos en Gaza, «deberían ser la solución de último recurso» para llevar ayuda humanitaria a la Franja, ya que, según dijo, «su impacto es mínimo y no está exento de riesgos para los civiles».
Borrell insistió en la necesidad de un alto al fuego en la Franja para permitir la entrega a gran escala de ayuda humanitaria y proteger a los civiles.
Ya son más de 30.000 los fallecidos, en su mayoría mujeres y niños, en la guerra en Gaza iniciada el 7 de octubre a raíz de los ataques de Hamás contra Israel, en los que el grupo islamista mató a unas 1.200 personas y secuestró a más de 200.