Resaltar los paradigmas en los conflictos y en la vida cotidiana de la gente es el centro del análisis para cada uno de los/as integrantes de un grupo en la sociedad en la que vivimos.

Nos entusiasma el conocer manera y formas de abordar situaciones problemáticas de la gente en procesos en donde los comportamientos con los demás integrante de grupos, familiares y amigo/as es parte de la mediación.

En ese análisis nos preguntamos que es para nosotros y para mí un conflicto. Tremenda pregunta, qué puedo dejar a la persona que tengo al frente en la mesa del dialogo que sin argumento alguno pueda expresar las ideas adecuadas según la reflexión de cada cual.

Muchos respondemos desde nuestro punto de vista y al mejor parecer. Sin realizar consultas en libros ni en la Internet. Solo planteamos nuestros saberes previos de esa realidad en la que vivimos las personas en la sociedad.

Ante una pregunta cómo es “Que es un conflicto para usted”, todo/as nos miramos con el fin de responder adecuadamente sobre el concepto y realizar el planteamiento con objetividad y pluralidad.

Realmente el conflicto para las personas y la sociedad deja a esos actores muchas debilidades y con pocas estrategias para dilucidar con criterios objetivos, cuando nos enfrentamos a la conflictividad y la pobre convivencia como ciudadano/as.

Existe un enlace entre la reflexiona pasada y mi pensamiento en relación al conflicto como elemento permanente en mi persona y en la otra. Todo lo que me rodea son conflictos: en la pareja, hermanos, padres, tíos, sobrinos y demás relacionados.

En cada oportunidad compartimos unas imágenes las cuales nos llegan al corazón por su magnitud de significado y su impacto en el corazón. Ver imágenes en la que se reflejaban peleas insignificantes para la humanidad, es sin lugar a dudas un dificultad que las personas como racionales debemos superar.

La pobreza no solo de pensamiento, sino de almuerzo, desayuno y otras meriendas en la que para alguno/as abundan y para otro/as solo existe en las imágenes de pensamientos.

Sin lugar a dudas esa dificultad nos hace pensar en los políticos, gobiernos, instituciones gubernamentales y no gubernamentales; para preguntarnos la pobreza es culpa de quien, de quienes y de mí.

Espero en ocasiones respuestas que no percibo de las personas que me rodean, tal vez en otra ocasión alguien se plantee o nos haga parte de un proyecto de nación en donde la pobreza no sea un ente de conflictividad en la sociedad.