La alimentación es la primera medicina (3 de 5)

La alimentación es la primera medicina (3 de 5)

La alimentación es la primera medicina (3 de 5)

Dilenia Cruz

El café es un producto muy controversial que ha estado en nuestros hogares por generaciones.

No es extraño escuchar a personas mayores decir que su médico les recomendó descontinuar, o al menos mermar la ingesta de café por daños asociados a su consumo excesivo.

Con el fácil acceso al internet, han proliferado publicaciones que atribuyen propiedades casi milagrosas al café.

Es de suponer que dichas publicaciones están asociadas a empresas productoras, procesadoras o vendedoras de café porque aun los médicos y estudiosos de la salud aseguran que el consumo de la aromática planta debe ser muy moderado.

El libro “Alimentos que Curan”, de Jorge D. Pamplona Roger, en la página 50, trata sobre algunas bondades del café mientras que en la página 51 presenta diversos estudios sobre el café asociados a diferentes enfermedades.

Dado que los amantes del café no necesitamos mayor estímulo para su consumo, concentraré estas líneas a modo de alerta con algunas informaciones extraídas de ese libro. La Universidad Harvard en los Estados Unidos hizo un compendio de investigaciones sobre los efectos del café en la salud del corazón los cuales aseguran que los bebedores de café tienen mayor riesgo de padecer infartos y arritmia cardíaca.

La acidez y el reflujo estomacal también pueden estar agravados por el café dado que éste estimula la producción de jugos ácidos que refluyen hacia el esófago causando pirosis y esofagitis, de acuerdo a estudios hechos por el Hospital Bogenhausen de Munich.

Otras complicaciones que el autor asocia al café son: Nódulos mamarios, alteraciones en el rendimiento intelectual, hipertensión arterial, cáncer de la vejiga urinaria y colesterol.



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