De entrada admitimos que el tema de las demandas contra prestadores de servicios de salud tiene muchas aristas, todas de difícil abordaje porque cada caso tiene sus particularidades.

Sin embargo, merece ser reflexionada a profundidad la advertencia que hace el Colegio Médico Dominicano de que se aleje el populismo judicial de esa esfera (debiera estar erradicado en todas las esferas, pero nos referiremos a esta en particular).

El relajamiento de las demandas a médicos constituye uno de los elementos por los cuales la medicina resulta incosteable para la mayoría de la población en muchos países, incluyendo Estados Unidos.

Los prestadores de servicios de salud para sus prácticas han tenido que asumir costosos seguros contra demandas y ese costo, aumentado, se le carga al paciente.

En la medida en que se expanden las demandas por parte de pacientes no conformes con resultados de procedimientos médicos, más necesario se hace que los prestadores de servicios de salud se protejan civilmente con seguros.

No quiere decir que las negligencias deban quedar impunes, sino que no se relaje el proceso de demandas y que haya mecanismos no judicializados para determinar la pertinencia de las denuncias que puedan surgir.

En eso puede ayudar mucho el Colegio Médico Dominicano y el Ministerio de Salud para evitar la excesiva o innecesaria judicialización.

Un comité que actúe con independencia y que no actúe como representante de una de las partes puede recibir las quejas y determinar posibles méritos para evitar que vayan a la esfera judicial casos inmerecidos.

Los pacientes no quedarían desprotegidos ante la negligencia culposa y los médicos tendrían la garantía de no ser sometidos en casos no fundamentados.

Pero, en este caso, el llamado de atención del Colegio Médico Dominicano merece ser tomado en consideración.