El regidor, figura clave en la gestión del alcalde

El regidor, figura clave en la gestión del alcalde

El regidor, figura clave en la gestión del alcalde

Víctor Feliz

En el sistema democrático, la gobernabilidad y el bienestar de una comunidad dependen en gran medida de la interacción armoniosa entre sus representantes.

En el ámbito municipal, la figura del regidor desempeña un papel vital en la gestión del alcalde y en la toma de decisiones que afectan directamente la vida de los ciudadanos. Su colaboración es fundamental para alcanzar los objetivos de desarrollo local y garantizar una administración transparente y responsable.

El regidor, como representante electo de una circunscripción o de un municipio, es el enlace entre la comunidad y el gobierno local. Su deber es escuchar las necesidades y preocupaciones de los ciudadanos y llevar esas voces a la mesa de decisiones. Al trabajar de manera conjunta con el alcalde y los demás regidores, el proceso de formulación de políticas se enriquece con perspectivas diversas y se obtienen soluciones más equitativas y efectivas.

Según el artículo 52 de la Ley 176-07, una de las funciones más importantes de un regidor es la de fiscalizar y controlar las acciones del alcalde. Este control garantiza que las políticas y programas implementados por el gobierno local estén en línea con las necesidades reales de la comunidad y que los recursos públicos se utilicen de manera responsable y eficiente.

La labor de supervisión contribuye a prevenir la corrupción y el abuso de poder, fortaleciendo así la confianza de los ciudadanos en sus instituciones.

Además de la fiscalización, los regidores también tienen la facultad de proponer iniciativas y proyectos de resoluciones. Estas propuestas pueden abordar temas clave para el desarrollo local, como el transporte, el medio ambiente, urbanismo, cultura y la infraestructura.

Al presentar y debatir estas ideas en el concejo municipal, los regidores enriquecen el debate democrático y contribuyen a la generación de políticas inclusivas y sostenibles.

Otra dimensión importante del trabajo del regidor es la de representar a la comunidad en diferentes instancias y eventos. Participar en reuniones, asambleas comunitarias, cabildos abiertos permite que los intereses y necesidades de la población sean escuchados a nivel local, nacional e incluso internacional. Esta visibilidad fortalece la capacidad de negociación del regidor para obtener recursos y apoyo externo en beneficio del municipio.

El trabajo colaborativo entre el alcalde y los regidores es esencial para lograr la gobernabilidad y la estabilidad política. Aunque el alcalde tiene la responsabilidad ejecutiva, la participación activa de los regidores aporta equilibrio al proceso de toma de decisiones. Cuando ambos actores trabajan juntos en un ambiente de respeto y diálogo constructivo, se generan políticas coherentes y se evitan conflictos innecesarios que podrían obstaculizar el progreso local.

En definitiva, la importancia del regidor en la gestión de un alcalde radica en su capacidad para representar y canalizar las aspiraciones de la comunidad, fiscalizar y controlar las acciones del gobierno local, proponer iniciativas que respondan a las necesidades ciudadanas y representar al municipio en diferentes instancias.

Su rol como agente de cambio y voz de los ciudadanos es fundamental para el fortalecimiento de la democracia local y el desarrollo sostenible de la comunidad que representan.

Trabajar de manera conjunta y coordinada con el alcalde y los demás actores políticos es la clave para alcanzar una gestión efectiva y comprometida con el bienestar común.

*Por Víctor Feliz Solano