La depredación del patrimonio del Estado dominicano muchas veces es vista sólo como los ilícitos de cuello blanco que envuelven desfalcos, comisiones ilegales, compras a sobreprecio y otras mal llamadas “indelicadezas”.
Pero han ocurrido casos espeluznantes cuya relativa insignificancia dineraria les relega al olvido.
Por ejemplo, un amigo recordó que en su viaje a España antes de estallar la segunda guerra mundial, Trujillo recibió de Franco un obsequio a la altura de sus respectivos rangos de generalísimos: una obra original del maestro Francisco José de Goya y Lucientes (1746-1828), el más importante pintor español del fines del siglo XVIII y principios del XIX. Pinturas de Goya están entre las más caras jamás subastadas, con precios multimillonarios.
Este Goya quedó en el Palacio Nacional al huir los Trujillo a fines del ’61 y posteriormente se mostraba en el Teatro Nacional.
Curadores catalanes dizque revelaron hace años que la exhibida es una copia pese a que Trujillo recibió un original certificado. ¿Será verdad? ¿Realmente desapareció el Goya de los generalísimos? ¿Quién sabrá? ¡Misterio!