“Día por día”

“Día por día”

“Día por día”

Si usted va al dentista ni por asomo se pondría a decirle cómo hacer su trabajo. Si contrata un abogado o un arquitecto, al pactar sus honorarios usted está confiando que su dinero está comprando la experiencia, destrezas y talentos de cada profesional.

Hasta al acudir a darse un masaje, hay que asumir que quien ofrece el servicio sabe más qué hacer que quien lo recibe.

Y si en estos o cualquier caso parecido el “paganini” exige al que sabe, que haga algún disparate, la deontología de cada oficio o profesión casi siempre incluye mandar al carajo, finamente o no, al atrevido.

En las relaciones laborales también ocurre que a veces un dueño o jefe cree saber más que sus empleados, a quienes ha contratado precisamente porque son especialistas en su tarea.

Lo malo o cuestionable no es tanto que quien no sabe, pero manda o es dueño, exija lo indebido o inusitado; cada cual se cree con derecho. Lo terrible es acceder y que todos nos quedemos en babia…



José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.

Noticias Relacionadas