Una tradición de las autoridades haitianas

Una tradición de las autoridades haitianas

Una tradición de las autoridades haitianas

Lo diremos con claridad, aunque no sea políticamente correcto: las autoridades haitianas tradicionalmente han sido poco confiables y ahora no parece ser la excepción.
En gran medida eso explica lo poco eficaz que ha sido una famosa “Comisión Mixta Bilateral” creada a finales de los años noventa.

Ejemplos hay de sobra para sustentar nuestra afirmación inicial.
Aunque el embajador de Haití en República Dominicana haya asegurado que la solicitud de extradición del exalcalde de Puerto Príncipe no tiene que ver con el secuestro de dos técnicos dominicanos en Haití, ha sido una desagradable coincidencia.

Por fuentes diversas a EL DÍA ha llegado la versión de que la banda criminal que secuestró a los dos dominicanos y a su intérprete haitiano no es del todo desconocida por las autoridades del vecino país.

Por eso llamó a suspicacia que justo cuando se decía que se estaba en la antesala de un desenlace, se produce el pedimento de extradición del exalcalde de la capital haitiana, uno de los más connotados opositores al gobierno del presidente Jovenel Moïse.

No estamos diciendo que uno responde al otro o que actúa por mandato del otro.
El destino de esos dos jóvenes hermanos secuestrados en la periferia de Puerto Príncipe es motivo de alta preocupación de sus familiares, el gobierno dominicano y la población en sentido general.

Tras el desatino de hacer coincidir en el tiempo el secuestro de los dos técnicos cinematogáficos y el pedido de extradición de un opositor que es procesado en República Dominicana por violaciones a las leyes migratorias y de armas, las autoridades haitianas tienen que dar una demostración contundente de que actúan de buena fe.

Queremos de retorno a los hermanos Campusano Félix y queremos que el caso del opositor haitiano sea tratado en el marco de las leyes dominicanas y el derecho internacional, por separado.

Queremos demostraciones claras de que no se pretende utilizar un caso, como es el secuestro de dos dominicanos, para lograr la entrega de un opositor político cuando su estatus aún está en discusión.

Las autoridades dominicanas tienen que actuar con cautela, pero con firmeza, frente a este caso de secuestro ocurrido ya hace casi una semana.