Una situación que debe preocuparnos a todos

Una situación que debe preocuparnos a todos

Una situación que debe preocuparnos a todos

Roberto Marcallé Abreu

Temor y aprensión. Mucho desasosiego. Son palabras que apenas se aproximan a la sensación de haber sido testigos de la detención de la conocida comunicadora y activista nacionalista Yadira Marte.

Salvo algunos desencuentros verbales, nada ocurrió. Sí, pero, ¿y si hubiera ocurrido algo?

La escena, desbordada de presagios, resultó tan tensa que se podía tocar con las manos. Oficiales fuertemente armados y reguardados por chalecos antibalas, rostros sombríos e inexpresivos, miradas duras y ominosas, gestos dubitativos, la actitud, la sonrisa equívoca, la posibilidad de un error, una agresión o que se disparara un arma.

Pensé, en esos momentos, en los oscuros métodos del turbio asesor de imagen del Ejecutivo, Joao Santana, que a seguidas relacioné con la última investigación periodística de Alicia Ortega y el escándalo del manejo ilegal de miles de millones de pesos cuya responsabilidad es atribuible al candidato escogido por el Presidente.

¿Este intento de detención podría tener como propósito provocar un grave problema que colocara en segundo o tercer plano ante la opinión pública los efectos de una investigación definitivamente devastadora para la gente del poder y su candidato? Me sentí angustiado. Imaginé de inmediato en lo que hemos caído, cuánto hemos retrocedido.

Y, claro, hacia dónde nos dirigimos. Todo demuestra que estamos viviendo una situación cada vez más grave y peligrosa. Evidencias y pruebas crecen cada día.

Las advertencias provienen de personas autorizadas como la honorable embajadora de los Estados Unidos en República Dominicana quien reclamó a los dominicanos no dar su voto a personas corruptas. Ella posee fuentes irrefutables.

El Informe de Alicia ha tenido un efecto de “shock” ante la opinión pública. Se trata de una grosera manifestación de que las maniobras turbias, las depredaciones y escándalos de la presente administración carecen de precedentes en la historia de República Dominicana. El descaro no tiene límites.

El país, todo el país, ha sido testigo horrorizado del uso inconcebible para fines particulares y políticos de fondos cuyo propósito tenía como destino enfrentar graves problemas de salud, alimentación, vivienda, seguridad y problemas de millones de personas a quienes destruye el hambre, la necesidad y la miseria.

Esta depredación, este saqueo, ha elevado el costo de la vida, los precios de los servicios, ha quebrado la clase media, ha liquidado miles de pequeños negocios, ha provocado el suicidio y la locura de cientos de personas y ha arrojado a nuestros jóvenes a la prostitución, la droga, el crimen, la delincuencia.

Lo expuesto con suficiencia de pruebas y detalles por Alicia y el grave riesgo en que se vio involucrada la activista social Yadira Marte deben servir de aleccionamiento para que cada ciudadano asuma que el país, bajo las actuales autoridades, se encuentra en una situación de suma gravedad y gran riesgo.

Si como resultó evidente, quienes mandan incurrieron en un fraude mayúsculo y descarado en las “primarias” del partido oficial, ¿de qué no serían capaces en los venideros comicios?
Si el propósito es retener el poder a como dé lugar, ¿qué no estarían en disposición de hacer con tal de lograrlo? Si, como se vio en el tema del asfalto y los más de diez mil millones utilizados para financiar fraudulentamente a su candidato, ¿hasta dónde no serían capaces de llegar? ¿Ha pensado usted en lo que tratarían de hacer en caso de que pierdan las elecciones?

Hay que tener cuidado con lo que pasa en Haití y cualquier elaboración en este sentido. Captemos el mensaje de Bolivia, Puerto Rico, Nicaragua y Chile…



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