Dadas las circunstancias de grave peligro que corre hoy el deporte aficionado en el país, hay que ser testarudo, insistente y obstinado para que se busque una inmediata solución a los problemas internos que confronta el Comité Olímpico Dominicano.

Quizá no todo el mundo comprenda las razones por las que estoy siendo incisivo sobre este tema, pero en realidad no se puede cejar ni un instante en este reclamo.

Es que si no se busca una solución urgente se corre el inminente peligro de que todo el esfuerzo y sacrificio de mucho tiempo se vaya por la borda de un momento a otro.

Pero creo que los principales actores que han creado esta problemática, deben ser los primeros en buscarle una inmediata solución.

Es un crimen de lesa patria, y no creo que esté equivocado, el hecho de que quienes han asumido la responsabilidad de conducir el deporte, una actividad en la que están envueltos miles, quizá millones de dominicanos, se vea afectado por este pleito de comadres que vienen protagonizando estos dirigentes en el seno del COD.

Ayer solicité la intervención de Luisín Mejía y José Joaquín Puello, por que creo que son los más indicados, dada su vasta experiencia al frente de ese organismo para que ayuden a resolver los problemas actuales.

Ojalá que ambos se animen y tomen la correcta decisión de inmiscuirse de lleno en el caso, seguros de que el país se lo agradecerá.

RADARES.- Todo indica que los dirigentes o técnicos, como se prefiera llamar, que por siglos han sido muy poco recompensado con buenos contratos, a pesar de sus tremenda responsabilidades, han empezado a ser tomados en cuenta. Una muestra de ello, y me imagino que será solo el inicio, fue el contrato que pactó Erik Spoelstra con los Heat, por 120 millones de dólares.