Pésima memoria del dominicano

Pésima memoria del dominicano

Pésima memoria del dominicano

Hugo López Morrobel

Siempre se ha sostenido, con razón o no, que la sociedad dominicana padece de muy mala, escasa o muy corta memoria, basándose en acontecimientos que en un su momento fueron de vital importancia, pero en un lapso relativamente breve caen en el olvido, dando cierta veracidad al pensamiento pesimista que inspiró al escritor José Ramón López sobre la veracidad y certidumbre de esa teoría.

Esa “falta de memoria” que se le atribuye al dominicano, obedece en la mayoría de los casos, al interés que puedan tener grupos o individuos de que acontecimientos que les conciernen, desaparezcan o se mantenga vigente en el mapa mental de la sociedad.

Históricamente la casi totalidad de los políticos nuestros ha creído con firmeza en esa teoría, dado que durante los procesos electores se realizan promesas que jamás se hacen realidad, con el agravante de que la población no exige su complimiento, porque al poco tiempo también las echan al saco del olvido.

Ante la constante falta de cumplimiento, es que cada día toma más cuerpo la creencia de que el pueblo olvida fácilmente, y en los postulados de algunos eso obedece a que una población compuesta por gente “mal alimentada”, y es un postulado aceptado por muchos de que “el mal comío no piensa”.

Traigo esto a colación, porque durante todo el proceso electoral pasado fueron muchas las promesas que se realizaron en el ámbito deportivo, y una de las más propagadas, fue el rescate total del complejo de La Normal, ubicado en la zona norte del Distrito Nacional.

Lamentablemente, estamos a tres años y meses y hasta la fecha allí nada se ha hecho, porque “se han encontrado con muchas restricciones legales”.

A estas alturas, los deportistas de los sectores que circundan ese complejo no han perdido la fe y esperanza de que comenzará muy pronto el remozamiento de ese histórico parque.

La alcaldesa Carolina Mejía, quien ha rescatado decenas de áreas deportivas y recreativas durante su mandato, debe hacer todo el esfuerzo a su alcance para echar abajo todos los trámites burocráticos que han impedido el rescate de una instalación que desde hace años presenta pésimas condiciones físicas, lo que dificulta su plena utilización.