Otro aniversario muy importante

Otro aniversario muy importante

Otro aniversario muy importante

Rafael Chaljub Mejìa

Claro, que entre las efemérides gloriosas de diciembre, resalta la caída de Manolo Tavárez y sus compañeros de armas el 21 de diciembre de 1963.

Pero hay otro acontecimiento político sobre el cual debiera alguna vez hacerse una detenida reflexión para aprovechar las lecciones valiosas que aporta.

Me refiero a la firma del Acuerdo de Santiago, de lo cual van a cumplirse cincuenta años el próximo día veintiocho.

Cómo y en cuáles circunstancias políticas el Partido Revolucionario Dominicano, el Quisqueyano Demócrata, el Revolucionario Social Cristiano y el Movimiento Popular Dominicano, suscribieron lo que se concibió en un primer momento como un mero acuerdo de trabajo y poco después se convirtió en un frente político que desafió la violencia represiva y el terrorismo de la dictadura de los doce años, sacó las masas a las calles en todo el país y encabezó las más combativas movilizaciones de aquella época.

Ese movimiento acorraló al gobierno y si bien es cierto que no pudo impedir la reelección del presidente Joaquín Balaguer en la sangrienta farsa electoral del 16 de mayo de 1974, no es menos cierto que dejó sentadas las bases para rematar políticamente aquel régimen en las elecciones nacionales siguientes, en 1978.

Aquella jornada de lucha popular, anti dictatorial, por la libertad política y los derechos democráticos, empezando con la amnistía para presos, desterrados y perseguidos políticos, dejó experiencias históricas sumamente importantes y sus aportes a la causa democrática aún están vigentes.

Porque al desplazar a la dictadura balaguerista y producirse el cambio político con don Antonio Guzmán en 1978, desde entonces se inauguró una importante apertura, llevamos cincuenta años largos sin presos ni desterrados políticos.

Gracias, ante todo, al coraje con que luchó nuestro pueblo y a la constancia con que sus organizaciones políticas y sociales y sus respectivos líderes lucharon contra todas las prácticas de la época. Por eso puede afirmarse que los frutos del Acuerdo de Santiago se siguen cosechando hoy.

De los participantes en la reunión de la cual surgió el Acuerdo son muchos los que se han ido. Empezando por don Antonio, en cuya casa se efectuó la reunión. Rogelio Delgado Bogaert, Julio Genaro Campillo Pérez, Julio César Castaños Espaillat, el doctor Peña Gómez.

Los dos delegados del MPD, Negro Peña y Enrique Rivera Mejía siguen afortunadamente vivos y lúcidos entre nosotros. Medio siglo después, aquel hecho me viene a la memoria y me permito invitar a la reflexión y el estudio del mismo y todas sus consecuencias.