Una recomendación

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Rafael Chaljub Mejìa

A pesar de la escasa votación obtenida en las recién pasadas elecciones municipales, al Frente Amplio le queda como herencia positiva de ese proceso el papel jugado por algunos candidatos suyos en diferentes puntos del país.

Pongo el ejemplo del compañero Pedro Baldera, en Nagua, que se lanzó como candidato a síndico ya con las elecciones encima, desde la escasez de recursos materiales, con un electorado mayoritariamente inclinado hacia el partido de gobierno y aun así obtuvo una votación decente, nada despreciable, cuando se disputaba los votos con candidatos abundantes de recursos materiales y de poder y con reconocido prestigio en la población.

Pedro Baldera asumió la actitud propia de un candidato, hablaba con sobrado conocimiento y propuesta de soluciones de los problemas de su ciudad y con una soltura y una coherencia admirables.

Con igual actitud hizo campaña el compañero francomacorisano Félix García, el Poeta del Jaya, sin arredrarse por la diferencia desproporcionada de recursos materiales frente a sus contendores, buscaba su regiduría con unas garras sorprendentes, reivindicó su condición de poeta, acudió a los medios de comunicación y buscó relacionarse con los votantes. No obtuvo los resultados numéricos de Baldera pero en este, su primer ensayo, se perfiló como candidato y dejó sentadas las bases mínimas para futuras contiendas. Son sólo dos ejemplos entre varios.

Casos parecidos de frenteamplistas se registran en Santo Domingo Norte, Los Alcarrizos, el Batey Seis, La Romana, La Victoria, en los cuales determinados hombres y mujeres hicieron su campaña y pese a la modesta cantidad de votos alcanzados, dejaron sentadas las bases para crecer en las preferencias de los votantes.

Mi recomendación es que se queden ahí, que sigan pensando como candidatos, sin dejarse afectar de la ambición que perturba los sentidos y lleva a algunos aspirantes hasta el delirio y la inmoralidad, a perder los escrúpulos y querer ganar a cualquier precio para enriquecerse también a cualquier precio.

Por el contrario, con el ejercicio de la política y la búsqueda de posiciones como medio para servir al pueblo y a un ideal decente y noble.

Confío en que el Frente Amplio no pierda su tiempo entre indefiniciones y ambivalencias, esperando al que no quiere venir. Que, en cambio, despliegue a tiempo el potencial que tiene. Recursos humanos no le faltan y causas democráticas y progresistas para seguir luchando mucho menos.



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