Medicina de alto costo

Medicina de alto costo

Medicina de alto costo

Hay una inmensa cantidad de medicamentos que entran en la categoría de “alto costo”. Y sin recurrir a eufemismos se trata de los fármacos que necesitan pacientes con enfermedades de alta vulnerabilidad y que, gracias al denominado “Programa de Medicamentos de Alto Costo” que los ampara, miles de dominicanos pueden sanar o llevar una vida apacible con los controles y parámetros adecuados.

En ese orden resulta inaudito o insólito pensar que los pacientes con esta condición tengan que luchar a brazo partido para salvar su vida. Pero es así.

Y los afectados, por atentados y amenazas aventureras contra el programa, terminan formando asociaciones y recurren a huelgas y reclamos justos y pacíficos.

Como ocurrió con la última convocatoria hecha por la Asociación Nacional de Pacientes Trasplantados de Riñón y Hemodiálisis, ante escaramuzas de reducir el presupuesto de cobertura.

En el seno de diversas asociaciones de amparo y apoyo humanitario se congregan cientos de dominicanos que luchan por sus vidas.

Y se asocian para enfrentar la desidia de las autoridades y para no ser abandonados a su suerte. Sobre el tema hay que recordar el intento de reducir el presupuesto de 8 mil millones de pesos que se destinan, alegando que se trata de un monto muy elevado.

El último dato de cobertura habla de 17 mil personas amparadas. Sin duda se trata de un programa básico, que traspasa límites médicos. Traspasa límites económicos y sociales y se vuelve, esencialmente, un asunto de carácter humano.

Hay que tomar en cuenta que no se trata de una iniciativa nueva. El programa inició hace varios años, en 2015. Y por tanto, hay que ponderar que, ante los reclamos de los pacientes, las autoridades de Salud Pública no solo apuntalan la validez y eficacia del Programa de marras, también se comprometen a mantenerlo vigente y aumentar su presupuesto para ofrecer una mayor cobertura, en la medida que las condiciones lo permitan.

Nuestra esperanza es que las autoridades de Salud Pública cumplan de manera firme, y sin remilgos, el compromiso asumido en beneficio de los pacientes trasplantados de riñón y hemodiálisis.



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