Las promesas y la demagogia

Las promesas y la demagogia

Las promesas y la demagogia

Hugo López Morrobel

La dirección de la totalidad de las entidades deportivas se obtiene, casi siempre, mediante una gran porción de demagogia y, como en la política partidista, por necesidad; hay que añadirle las promesas, que constituyen el principal pilar para alcanzar y mantener el poder.

La demagogia es una estrategia bastante vieja, de la cual los dominicanos hemos hecho un PHD, porque quienes la aplican han logrado muy buenos resultados.

Que nadie se extrañe de que tanto una como la otra son esenciales en la obtención de buenos resultados, en especial personales o de grupos.

Por ejemplo, la guerra por continuar con el control del Comité Olímpico Dominicano se ha hecho patente en las últimas horas.

Un grupo que detenta el poder real dentro de la entidad desde hace años mira con recelos y hasta temor que se produzca un cambio, que aunque quizá superficial, los podría coloca en un plano secundario.

Esa, y no otra, sería la razón por la que se oponen a “trocha y mocha” que Luisín Mejía deje el cargo al cumplir los dos primeros años del actual período, tal y como lo dijo hace un tiempo.

Creo que Luisín es la figura que más unifica a la familia olímpica, pero eso no debe ser un impedimento para que se produzcan cambios en toda la estructura del deporte nacional.
Nadie es imprescindible y cuando los hombres se convierten en retranca, más temprano que tarde se pone en peligro la estabilidad.



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