¿La caída del imperio chino?

¿La caída del imperio chino?

¿La caída del imperio chino?

El modelo tradicional chino basado en mano de obra barata y una moneda subvaluada, le ha brindado un crecimiento sostenido superior al 10% anual en las últimas décadas. Aún en momentos donde el mundo está deprimido por causa de la crisis financiera iniciada en 2008, China mantenía su pujanza económica, digna de un coloso que pudo sobreponerse a la crisis gracias a particularidades propias de una sociedad carente de una seguridad social, salario digno y prestaciones básicas para sus trabajadores.

Aún exhibiendo un envidiable crecimiento por décadas, cerca de mil millones de chinos están debajo de la línea de extrema pobreza. El modelo económico del gigante asiático se basa en dos puntos: exportaciones y una moneda depreciada. Junto a estos, elevadas tasas de ahorro familiar; y como punto contrario para el resto de las economías del mundo: Una baja contribución del consumo al Producto Interno Bruto.

Desde la explosión de la crisis económica en 2008, las principales potencias mundiales presentaban un panorama desalentador: Cierre de empresas, quiebra de bancos, elevada deuda pública, inestabilidad política y desempleo; mientras China se mantuvo al margen, alejada de todos estos problemas mundanos propios de las sociedades capitalistas.

Pero, siendo sinceros, ¿es posible mantener una economía blindada mientras todo el mundo sufre los embates de la peor crisis de este siglo? Imposible.

China ha empezado dar señales de recalentamiento. La sobreinversión en infraestructura por parte del gobierno para dar señales de progreso, no es más que un espejismo de un pueblo que vistiéndose de seda quiere tapar con un dedo la sombría realidad que les atañe; por eso no es extraño ver ciudades fantasmas, trenes de alta velocidad sin pasajeros y modernísimos aeropuertos baldíos.

Este desarrollo del sector inmobiliario ha inflado los precios de las viviendas residenciales, de ahí que no extrañe que se hable de una burbuja en el sector inmobiliario chino, lo que causaría un grave proceso de deflación como ha pasado en Estados Unidos, recortando bruscamente el valor inicial de las viviendas.

Parte del secreto de cómo China se convirtió en la fábrica del mundo era por los paupérrimos salarios que pagaban a sus trabajadores, pero todo eso está cambiando con el pasar de los años. En la última década el salario promedio mensual ha pasado de 150 dólares a más de 400 dólares. El encarecimiento de los salarios hace que el costo de producir en China se eleve, provocando que algunas fábricas ya consideren repatriar su producción hacia el país de origen.   

A esta nueva realidad laboral se le suman los aranceles, fletes y los crecientes costes de financiamiento; todos direccionados a tambalear la rentabilidad que otrora se obtenía al producir en el coloso asiático. ¿Por cuánto tiempo se mantendrá el milagro Chino?, es difícil preverlo, pero ya las autoridades disminuyeron las proyecciones del Producto Interno Bruto de este año a 7.5%, lo que podría entenderse como un cambio en la tendencia del crecimiento, avisando a los mercados ante posibles temores de estancamiento económico.



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