¿Es el PIB per cápita un buen indicador de bienestar?

¿Es el PIB per cápita un buen indicador de bienestar?

¿Es el PIB per cápita un buen indicador de bienestar?

Antonio Ciriaco Cruz

El Producto Interno Bruto per cápita, o PIB per cápita, es una medida de la producción económica de un país que representa que le correspondería a cada habitante

Divide el producto interno bruto del país por su población total.
Esencialmente, el PIB per cápita actúa como una métrica para determinar la producción económica de un país por cada persona que vive allí.

A menudo, las naciones ricas con poblaciones más pequeñas tienden a tener un PIB per cápita más alto. Eso significa que la producción económica de bienes y servicios se distribuye entre menos personas, lo que aumenta el PIB de un país.

Por otra parte, si quieres comparar el PIB per cápita entre países, se usa la métrica llamada “paridad del poder adquisitivo”.

De manera que se crea una “paridad” entre economías al comparar una canasta de bienes similares. Es una métrica con cierto “tecnicismo” que valora la moneda de un país por lo que puede comprar en ese país, no sólo por su valor medido por los tipos de cambio.

Sin embargo, el PIB per cápita tiene sus limitaciones. Una de esas limitaciones es que no incluye el “trabajo no remunerado”. Por lo que el PIB per cápita no incluye actividades críticas como el cuidado de niños o ancianos en el hogar, actividades de voluntariado y tareas domésticas, entre otras.

Muchas actividades que están incluidas en el PIB no podrían realizarse si no existieran estas actividades de apoyo.

Igualmente, el PIB per cápita no mide eficazmente la contaminación, la seguridad pública y la salud, entre otros. Por eso, es posible que los costos de la contaminación del aire y del agua no son reconocibles hasta décadas después.

Por último, la medición del PIB per cápita supone que la producción económica se divide equitativamente entre toda la población. Y como este resultado es un promedio, se ignora la desigualdad de ingresos. Estas son las razones por las que hay que proceder con cautela con la métrica del PIB per cápita