El capital semilla son los fondos iniciales necesarios para realizar un emprendimiento y cubrir los costos iniciales, como propuestas comerciales y de investigación. También cubre la “prueba de concepto”, que demuestra que una idea de negocio es factible.

Los inversionistas durante esta etapa suelen incluir amigos, familiares y personas cercanas al propietario del emprendimiento. Una vez que se establece el emprendimiento después de la etapa inicial, la empresa puede obtener inversiones de capitalistas de riesgo, “inversionistas ángeles” e instituciones financieras.

En sus primeras etapas, un emprendimiento puede no tener una reputación establecida o incluso un producto o servicio tangible para atraer inversores de alto nivel, como capitalistas de riesgo y bancos.

Por lo general, con solo una idea a cuestas, estos fundadores dependen de sus propios ahorros (lo que se conoce como bootstraping), o de amigos cercanos, familiares o los inversionistas ángeles, los cuales poseen un alto patrimonio neto que invierten en las primeras etapas del emprendimiento a cambio de una participación accionaria ángeles para financiar los costos comerciales iniciales para desarrollar su concepto.

Una idea en sí misma puede no ser suficiente para que los inversionistas o las instituciones financieras se interesen en dar dinero a un emprendimiento, razón por la cual el capital semilla juega un papel crucial en la legitimación y solidificación del concepto empresarial del emprendimiento.

Por otra parte, el capital semilla se utiliza a menudo para pagar: planes de negocios, investigación de mercado, desarrollo de prototipos, alquiler de oficina, equipo, costos legales, costos de patente, nómina del primer equipo, honorarios de consultoría, estudios de mercado, entre otros.

En fin, el capital semilla casi siempre implica inversiones de amigos y familiares, lo que lo convierte en una forma única de iniciar un emprendimiento.

Debido a estas relaciones personales, el capital semilla a menudo puede ser más fácil de reunir que otros tipos de capital. Pero no siempre es fácil convencer a personas conocidas para que presten dinero o inviertan en tu idea de negocio.
¡Adelante emprendedor!