Resulta más que conmovedor el drama humano de centenares de trabajadores cañeros que claman desde hace tiempo por una pensión que les permita hacer más llevadera la vida en la vejez que ya se le vino encima.

Estos hombres y mujeres, ya a punto de ser vencidos por la edad, llevan años reclamando algo tan elemental como la pensión al final de la jornada agotadora de la vida en el ingenio ajeno, y no entiendo cómo esa demanda modesta y merecida no encuentra la acogida correspondiente en quienes tienen el poder y la autoridad para satisfacerla.

A veces da la apariencia de que a esos trabajadores los han botado como el bagazo, después de haberles exprimido el jugo como a la caña. Y eso es mucho más que una injusticia, sobre todo cuando a gente sin los méritos laborales de estos obreros se le premia con pensiones que en algunos casos resultan sencillamente escandalosas.

Y peor aún, cuando en muchos de esos casos la solicitud de pensión ha sido ya calificada debidamente por el Seguro Social.

Y conste que los cañeros no son las únicas víctimas. En esta misma semana el dirigente sindical Jacobo Ramos denunció que más del ochenta por ciento de los envejecientes carece de una pensión apropiada.

Mientras, los cañeros han sostenido su demanda y están dando un ejemplo de firmeza y de constancia. Aún en medio del ruido ensordecedor de la campaña electoral salen a la plaza pública a reclamar justicia.

No hay cómo no sentirse identificado con ellos, y en lo que a mí me toca, dejo aquí expresa mi admiración y mi solidaridad.

Especialmente por su dirigente y conductor Jesús Núñez. Descendiente de cañeros. Trabajador cañero él mismo, que dejó su fuerza de trabajo y su sudor en los cañaverales y ha pasado su vida en los bateyes.

Él se ha puesto al frente de sus hermanos de clase, los saca a la calle sin estridencia, con actitud combativa, pero con la ecuanimidad y el equilibrio propios de los dirigentes responsables.

Lo veo y pienso en Nando Hernández y en Barbarín Mojica. Me dicen que Jesús aspira a diputado por el Partido Alianza País y me alegraría verlo llegar al parlamento en hombros de su pueblo. Si yo pudiera votara por él. En ese diputado tendrían los obreros la voz honrada de un luchador probado.