Actos de barbarie

Actos de barbarie

Actos de barbarie

Cada cierto tiempo observamos actos de abuso policial o de uso excesivo de la fuerza. En este fin de semana vimos al menos dos casos que se merecen el calificativo de actos de barbarie.

Agrava la preocupación que una parte importante de la población los aplaude y los justifica, quizás inducida por la impotencia o desprotección frente a la delincuencia.

El primer caso se trató de un oficial de la Policía que, vestido de sacerdote, entró a la escena de un secuestro aprovechando que el secuestrador pedía la presencia de un religioso para entregarse.

La evidente ausencia de un personal capacitado para lidiar con este tipo de situaciones tensas al máximo concluyó en la muerte del secuestrador.

Las principales críticas han surgido porque el oficial utilizó la vestimenta de un sacerdote, símbolo muy recurrido para mediar en situaciones de tensión extrema como la que se vivía en ese momento, pero que a partir de esta acción quedará bajo cuestionamiento.

El otro caso se trata de un video difundido en el que se se ve a varios oficiales dándole una especie de “pela pública” a un detenido, utilizando métodos barbáricos.

La Policía Nacional ha dado muestras de avances institucionales, pero acciones como las citadas son la demostración de que aún le falta un tramo por recorrer del camino hacia su profesionalización.



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