La responsabilidad de tener una buena salud sexual y de calidad cae sobre ambos miembros de la pareja, pues muchos factores pueden afectarla, como son el estrés, cansancio físico o mental, la preocupación por el trabajo y los hijos, la economía y lo más importante es el descuido que solemos tener al pasar el primer tiempo del enamoramiento y la seguridad que adquirimos al pasar de los años, que lleva a descuidarnos de algunos aspectos personales y de la relación en sí misma.

Al pasar del tiempo en pareja, muchas personas se tornan pasivas en la intimidad, en otras disminuyen el deseo sexual y otras se entregan a la zona de confort que les brinda esa relación ya madura.

Para mantener su vida sexual saludable una pareja debe permanecer activa en la intimidad, pues el contacto físico es muy importante, cada miembro descubrir su cuerpo y sus deseos, saber qué quiere para manifestárselo al otro, explorar qué le genera mayor placer, evitar la presión o la violencia utilizando más la espontaneidad y el consentimiento.

Es imprescindible encontrar momentos y espacios para demostrarse sus afectos sin interferencias ni prisas, trabajar el erotismo y la sensualidad, evitar la monotonía (jugando, improvisando, explorando), comunicarse amorosa y sexualmente para fortalecer ese vínculo pasional tan necesario para una relación de pareja sana.

Mantener la confianza y recordar que existen las infecciones de transmisión sexual y visitar las consultas de los especialistas de cada área necesaria para mantenerse saludable.

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