Mayo y la democracia

Mayo y la democracia

Mayo y la democracia

El mes de mayo resultará trascendental e iluminador para el periodo de los próximos cuatro años que vivirá el país, ya que le corresponderá al pueblo dominicano ponderar, escoger y votar por los candidatos que se presentan a cargos presidenciales y congresuales.

A estas elecciones nacionales irá a sufragar un pueblo que ya tiene una madurez cívica, una conciencia ciudadana aquilatada y una tradición de asistencia y participación a toda prueba.

Se trata de una conducta de maduración fruto de todos los procesos electivos, diáfanos y transparentes que adornan la tradición democrática del país.

El sistema democrático bajo el que vivimos los dominicanos es hechura de todos los partidos mayoritarios tradicionales y los nuevos —que no son pocos— reconocidos para participar en este proceso.

Una importancia de primer orden tiene el diálogo nacional convocado para escuchar las posiciones, ideas e iniciativas de los candidatos a senadores y diputados de todos los partidos.

Un acontecimiento que hay que verlo como el resultado de los pasos dados para fortalecer la credibilidad y la transparencia que necesitaba el proceso.

Ese hecho sirve a su vez, para que la sociedad, los partidos políticos, los intereses nacionales y la opinión pública nacional pongan sus ojos en las mejores iniciativas.

Todas las condiciones, fruto de las recientes decisiones de la Junta Central Electoral, están dadas para que el proceso electoral venidero transcurra de manera transparente, en paz y en orden.

Los dominicanos mayores de edad están convocados, primero a escuchar los debates de los candidatos a todos los niveles electivos, y, luego en mayo, a escoger y sufragar libremente, según sus preferencias. El crecimiento democrático y la confianza en el desarrollo del país bien lo merecen.