La segunda línea

La segunda línea

La segunda línea

Resulta esperanzador hacer el ejercicio de visualizar los nuevos rostros del aparato político dominicano. Nuevo no por jóvenes, sino porque su incursión en los planos visibles de sus respectivos partidos políticos es relativamente reciente.

Reconforta pensar en la gran cantidad de figuras que se abren paso en los principales partidos del sistema. Incluso se ha refrescado el rostro duro de los que abogan por un cambio de sistema. Hasta el anarquismo muestra nuevas incursiones.

Prefiero guardar mi lista para evitarme llamadas recordándome una cantidad de omitidos que, sin dudas, superarían los mencionados.

Entienden estos tiempos, conceptualizan y han “guayado la yuca”.
Ahora viene el “pero” que tanto angustia. Esas figuras esperanzadoras son mantenidas en la segunda línea. Para pasar al frente deben caer unos viejos robles o dinosaurios (no por edad, sino por praxis) que aun se aferran a los viejos métodos de hacer política.

Los que vivieron la caída del régimen de Trujillo se pasaron más de 40 años bajo el influjo de los mismos caudillos, con alguna que otra nueva incursión fugaz.

Nuestros “milennials”, por su parte, se han pasado casi toda su vida entre Leonel Fernández, Hipólito Mejía y Danilo Medina.

Ellos, como Joaquín Balaguer, Juan Bosch y Peña Gómez, han tronchado los posibles liderazgos emergentes. A los de ahora solo se les ha escapado un Luis Abinader que ha tenido que “romper corozos”.

La famosa fábrica de presidentes ha devenido en una recauchadora.

Eso también se replica en clubes, gremios profesionales, sindicatos obreros, juntas de vecinos, iglesias y organizaciones de la sociedad civil. El “mesianismo” se expandió a todas las esferas de la vida social.

Mantener esos nuevos rostros en una segunda línea con el camino cerrado para pasar al frente quizás explique en gran medida la desesperanza y el descreimiento en las instituciones en sentido general.

Los que hoy están en la primera línea solo lograron pasar al frente cuando murió una generación jurásica. Entristece pensar que se hayan descantado por la misma fórmula.

Sin embargo, esperanza saber que esa segunda línea está presta a asumir responsabilidades de la primera para el bien de todos.



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