Festival poético en la montaña

Festival poético en la montaña

Festival poético en la montaña

José Mármol

Me inclino, en gesto de reverencia, ante quienes, además de ocuparse de su propia obra literaria o artística en cuerpo y alma, se preocupan porque el arte y la literatura, en cualesquiera de sus manifestaciones, se propaguen entre sus amantes de diferentes edades, pero, además, lleguen hasta las gentes comunes y corrientes sin que importen estratos sociales o niveles académicos de formación.

El arte es, después de todo, y como sugerían Paul Klee y Wassily Kandinsky en los códices de la Bauhaus, la facultad de hacer visible lo invisible. O como sugería el poeta griego Constantino Cavafy al aducir que el arte es, simple y llanamente, lo que hacen los artistas.

La poesía es una de esas manifestaciones estéticas que cada año se realza en la hermosura de las verdes y tupidas lomas de Jarabacoa, en el marco de la celebración del Festival de Poesía en la Montaña, que este año tuvo lugar del 30 de octubre al 1 de noviembre, dedicado a la República de Panamá y en homenaje, inmerecido, por supuesto, a quien escribe estas 600 palabras.

Ese importante evento, que conjuga poesía, artes visuales y escénicas, didáctica literaria, artesanía, música y canto, entre otras expresiones estéticas, desde la primera hasta su recién finalizada décimo tercera edición, es hechura y logro de la poeta, articulista y gestora cultural Taty Hernández Durán, quien, atraída por la belleza del paisaje y por el fervor artístico de Jarabacoa, lugar donde nació, además de vibrar en ella la convicción heideggeriana de que se está mejor en el pensamiento, la creación y la vida si se permanece en contacto con la naturaleza y la provincia, decidió retornar e instalarse en su Jarabacoa, provincia La Vega, donde al esplendor de las artes visuales ha sumado la resonancia de la palabra oral o escrita, en prosa o en verso.

En 2003 publicó el poemario “Temblor de la espera”. Con el poeta y ensayista Néstor Rodríguez administra la comunidad literaria cibernética denominada El patio de las cayenas, mientras que con el narrador Pedro Antonio Valdez modera el foro virtual conocido como Abecedario, que integra buena parte de los escritores del país.

En el Centro Salesiano de Pinar Quemado, lugar de la entrada escena anual del festival, Taty creó un hermoso espacio llamado El bosque de los poetas, donde crecen vigorosos los árboles que han ido sembrando los artistas de la palabra que frecuentan su aquelarre.

Para cada convocatoria, la gestora cultural y poeta goza del respaldo de escritores como Ángela Hernández, también oriunda de Jarabacoa, Mateo Morrison, Basilio Belliard, Rafael García Romero, Ramón Saba, Rannel Báez, Valentín Amaro, Pedro Antonio Valdez, Leibi NG, Alexéi Tellerías, entre otros.

A esta convocatoria asistieron, además, talleres literarios y grupos infantiles y juveniles de diferentes partes del país, así como conocidos autores como José Rafael Lantigua, Rosa Francia Esquea, Plinio Chahín, Noé Zayas, Nan Chevalier, Juan Freddy Armando, María Palitachi, Iki Tejada, Edgar Centeno Moncada (Nicaragua) y Marifeli Domínguez (Panamá).

Con el Festival de Poesía en la Montaña, su creadora y gestora ha logrado proyectar lo más granado de la poesía dominicana, antillana y centroamericana, al tiempo que creado un espacio de presentación y valoración de los jóvenes talentos de las letras en nuestro contexto cultural.

Se trata de un encuentro artístico que va más allá de las letras mismas y que ha despertado el interés de los actores económicos, políticos, educativos, culturales y sociales de toda la nación. Nuestro reconocimiento y eterna gratitud a ese singular festival poético y artístico, y nuestros deseos de firme crecimiento y permanencia.



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