Santo Domingo.-Desde las primeras civilizaciones del mundo (en la Mesopotamia, entre los ríos Tigris y Éufrates) la gente buscaba agua y alimentos en esas zonas, ya que había muchos árboles frutales, como además por la facilidad de tener ese líquido dulce y producir comestibles.

Hoy, por igual, los humanos se acercan a los ríos por ser el más importante recurso de la tierra. Empero, no le dan la importancia que amerita el agua, la maltratan y desperdician cuando abunda, contrario a cuando no la poseen, de acuerdo con el geólogo y ambientalista Osiris de León.

De cara al Cuatrienio del Agua, y poniendo en contexto las abundantes lluvias que generan crecidas e inundaciones, Osiris de León, miembro de la Academia de Ciencias de la República Dominicana, pone en contexto el origen de los ríos y la necesidad de represar ese recurso para su aprovechamiento.

Los ríos

“Los ríos son consecuencia directa del ciclo hidrológico del agua, donde la radiación solar que actúa sobre la superficie del mar evapora el agua salada, esta se condensa en la atmósfera y desde allí cae en forma de lluvia”, detalló de León.

Explica que estas tienen dos posibilidades: escurrir superficialmente drenando una cuenca y esta actuar como una arteria; puede filtrar al subsuelo, recargar el agua subterránea o salir en algún punto como agua superficial (cabecera de un río).

Todo eso es parte de un esquema donde interviene además el ciclo hidrológico con la vegetación.

Cuando esas nubes tocan las altas montañas y los árboles, estos atrapan una parte de esa agua, por eso mientras más bosque hay en una zona montañosa más caudal tienen los ríos, fenómeno que también se da a la inversa, refirió De León, tras destacar la importancia del bosque para el agua y viceversa.

Agrega: “Gran parte de los ríos del país han reducido sus caudales y contaminado a causa del urbanismo, la agricultura, ganadería y deforestación.

De ahí que hay un reto para las autoridades, aunque algunos que están represados en 34 presas existentes se requieren más”.

De León concluye que estas retendrían el agua para los canales de riegos, producir energía y reducir las inundaciones, además de alimentar las zonas pobladas de las regiones.