Los accidentes de tránsito en el país aumentan de día en día, y tiene que ser así porque tenemos más automóviles y menos controles en nuestras calles.

El problema se agrava más cuando los heridos o afectados son llevados a los hospitales.

Allí podemos evaluar la gravedad de la situación, y que por su número bien puede ser reconocida, como dicen los médicos, como la epidemia más grande que tiene   República Dominicana.

Un mal trae el otro, ya que pocos hospitales traumatológicos tienen capacidad para dar respuesta de manera inmediata a los casos que se les presentan. Solo  el Ney Arias Lora recibe cada fin de semana hasta 190 personas, el 70%  por accidentes de tránsito, de acuerdo a los informes.

Son pacientes de larga recuperación, pero que necesitan de inmediato clavos, fijadores y prótesis, que nunca están a disposición. Sobre todo cuando se trata de pacientes sin cobertura médica.

El problema, más que hospitalario, debe empezar por una campaña eficaz de prevención. Así pensaríamos más en la condición de las personas y no en la recuperación de pacientes que muchas veces quedan con lesiones permanentes.