Democracia

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José Báez Guerrero

Cuando Amnistía Internacional nos acusa falazmente de racismo al deportar inmigrantes ilegales (hay pocos haitianos rubios), siento desprecio por compatriotas que se solazan denostando nuestro país.

Muchos son políticos de oposición o emigrados con oicofobia. Sus infamias atribuidas arteramente se originan en chismes, intrigas e ignorancia, de activistas pagados que, con o sin consciencia, se prestan al interés anti dominicano de sus patrocinadores.

Similarmente, a nuestra democracia la tildan de endeble, corrupta o mil otras taras. Algunos son lisios ciertos, pero en magnitud menor a la alegada.

Ningunean una verdad mayor: que desde 1966 los dominicanos hemos elegido a todas nuestras autoridades legislativas, municipales y al presidente, en votaciones libres y supervisadas. La prensa divulga las irregularidades; muchas son remediadas, hasta acortando períodos.

Aún imperfecta, pero menos patética que la estadounidense, con continuo crecimiento económico, nuestra democracia de casi seis décadas es algo excepcional en América Latina y gran parte del mundo.

Mientras ayer el Wall Street Journal se burlaba de los insultos que intercambian Milei, López Obrador, Petro y Chávez (no peores que Trump), deberíamos enorgullecernos más por nuestra democracia en vez de sólo por peloteros, músicos, falsos héroes izquierdistas o habichuelas con dulce. Hay “plátano power” también en las urnas.



José Báez Guerrero

Abogado, periodista y escritor dominicano.