Tiempos difíciles

Tiempos difíciles

Tiempos difíciles

Cuando ya República Dominicana pensaba que había salido airosa de la crisis sanitaria, económica y social que trajo consigo la pandemia del Covid-19 le sobrevino, como un tsunami, los inesperados efectos de una guerra en Europa.

El petróleo subió 20 dólares en solo una semana, algo pocas veces visto en la historia de la humanidad, y con ello todos los combustibles que mueven al mundo.

Como si no bastara el efecto inflacionario que trae solo el aumento del petróleo, se han disparado los precios de otros commodities como el maíz, la soja, o soya, y el trigo.

El maíz es materia prima para la alimentación de los pollos, y producir huevos; la soya es usada en la producción de aceites y junto con el maíz es usada para alimentar cerdos, mientras que el trigo sirve para fabricar pan y las pastas alimenticias.

Estamos frente a una economía de guerra y por tanto todos los actores económicos y sociales tienen que prepararse para hacerle frente.

En este caso, la prioridad son los más vulnerables, por lo tanto se deben adoptar medidas para compensar los altos precios de los alimentos y mantener rodando los engranajes de la producción.

El Gobierno no la tiene fácil al enfrentar una de las mayores crisis inflacionarias de la historia de la humanidad.
Le corresponde a los sectores más pudientes asumir posturas más solidarias para que se mantenga el sosiego social.
Las autoridades tienen la obligación de adoptar las medidas pertinentes y explicarlas con claridad a la población.

En las actuales coyunturas se hace necesario aumentar el gasto social, aunque sea de manera provisional, para asistir a quienes menos posibilidades tienen de hacerle frente a la crisis inflacionaria mundial.

La situación que vive el mundo es muy difícil, toca abordarla como una economía de guerra, con medidas extraordinarias para mitigar estos efectos de ahora y los que vendrán.