Sembrar en tierra buena

Sembrar en tierra buena

Sembrar en tierra buena

Altagracia Suriel

La efectividad del anuncio del Evangelio es que dé frutos. Cuando se siembra entre piedras o espinas no se recoge nada. De ahí el imperativo de sembrar en tierra buena que permita el crecimiento de la semilla.

Esa es la siembra efectiva de que nos habla Jesús en Mateo 13-8: “Y otra parte cayó en tierra buena y dio fruto, algunas semillas a ciento por uno, otras a sesenta y otras a treinta”.

El anuncio del Reino de Jesús tiene que ser fecundo. Esas semillas sembradas en tierra buena, pueden producir más de lo que esperamos. El mensaje sembrado tiende a generar efectos positivos imaginados. Es lo que nos dice Jesús en Marcos 4:8: “Pero las otras semillas cayeron en buen terreno. Brotaron, crecieron y produjeron una cosecha que rindió el treinta, el sesenta y hasta el ciento por uno”.

El imperativo fundamental del anuncio de Jesús es que se lleve a un terreno fértil que lo acoja evitando esfuerzos inútiles y tiempo perdido.

Muchos ejemplos de testimonios de fe y vida cristiana son la cosecha de las semillas que sembraron misioneros que abandonaron sus familias y vinieron a nuestra nación a fundar parroquias y obras educativas. Ellos cultivaron en tierra buena que ha dado frutos que siguen germinando día a día en las familias y en las esferas públicas y privadas, siendo evidencia de que no todo está perdido y que la esperanza no ha muerto, ni va a morir en manos de la delincuencia, el narcotráfico y la corrupción.

Uno de esos misioneros, fue Monseñor Ricardo Pittini, hijo de Don Bosco, instrumento de Dios para el inicio de la obra de los salesianos en la República Dominicana en 1935. Gracias a él, a otros religiosos que dejaron su patria para anunciar a Jesús desde el servicio a los niños y jóvenes más pobres, y a las vocaciones de hombres y mujeres dominicanas que siguieron sus huellas, el mensaje del Reino llegó a través de escuelas técnicas, escuelas agrícolas y centros educativos que se fueron expandiendo a las principales provincias.

Ya se cumplieron 86 años de la obra salesiana en el país. Una presencia ha sido determinante en su desarrollo. Miles de profesionales hoy son gracias a ella “buenos cristianos y honrados ciudadanos”.



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