*Por Raphy D´Oleo

Michael Miguel Holguín es honesto. A nadie le caben dudas. Por ello su situación de hoy debemos tomarla como un punto de reflexión.

Ahora son dos las cosas que serán axiomáticas en nuestro devenir histórico.  La primera, si te dan la oportunidad de un importante empleo aprovéchalo, «no hagas nada malo, haz dinero, y si tienes que hacer algo malo, mejor haz dinero». El síndrome de «ese es un pendejo». Y la segunda, no hagamos favores pues la recompensa es dañina.  Perderemos el sentido de solidaridad y nadie nos ayudará por las posibles consecuencias negativas.

La Sociedad actual está perdida, la de mañana estará podrida.  La ausencia de formación moral no permite la creación de un muro de contención ideológica a los desafueros de los mediocres del mundo de hoy. Hay que fortalecer la crianza en valores del núcleo familiar.

Por ello el caso de Michael Miguel debe ser un llamado de atención para seguir haciendo lo socialmente correcto, que es la solidaridad, aunque esto entrañe la posibilidad de una consecuencia injusta para nuestro interés personal.