Para quien vive años en un condominio conoce muy bien cuáles son los principales diferencias que a diario ocurren en estos espacios familiares y cuáles de estos han trascendido a los medios de comunicación.

Nos es para menos, es que en muchas ocasiones la convivencia es esos lugares se conjuga como conflictiva permanente, ya que son reglas que son armadas en la mayorías de los casos por las personas constructoras de proyectos, obviando a las personas ocupantes y para estos son las que deben promover la convivencia y las normas.

Algunas de las reglas son muy rígidas, ya que en ocasiones no son valoradas o socializadas entre los ocupantes, por lo que creo que por esas razones hacen en variadas ocasiones invivible esos lugares.

Dentro de las reglas que pululan por los condominios, están las relacionadas a los animales tanto en los espacios propios de la persona, como en el área común a los cuales los pasean para depositar sus orinas y heces fecales. Como no tenemos comportamiento como en otras naciones, de si sale con su animal debe llevar consigo sus respectivos equipos para darle el trato adecuado, con la cual evitaría males innecesarios entre sus vecinos y vecinas.

Dentro de los animales que suele cohabitar con sus dueños están: perros, gatos, cotorra, paloma, gansos, peces, u otras especies.

En lo referente al espacio común, tenemos el parqueo, si lectores y lectoras, los parqueos; aquellos que crean abundantes discusiones tanto dentro el seno familiar como dentro de los vecinos. Varios miembros de una familia poseen más de un vehículo en el apartamento y sus amistades (visitantes) y ya saben el resto, ocupan parqueos de otra persona, no tienen el cuidado y la atención para disculparse con el propietario quien viene llegando de su trabajo, estudio u otros compromisos. En muy raras ocasiones, los apartamentos poseen más de un parqueo y apenas uno para cada apartamento.

Además, tenemos las luces comunes, las cuales en algunos de los condominios dependen de una persona responsable que de manera honorifica apoya para dinamizar y colaborar con las personas de ese lugar. A esa persona le recaen las responsabilidades de todos en las urbanizaciones y condominios. Ellas y ellos hacen posible vivir con dignidad y cuidado de la inversión. Son estas las que promueven las reglas de vida y llaman la atención a quienes las incumplen, que en su mayoría son muchos.

Amigo y amiga cumpla usted con sus principios y viva la vida como persona, respecte su entorno, respecto a su vecino y vecina que éstos son “su familia”.