Ese comportamiento fue la herencia que dejó al país el fallecido presidente Joaquín Balaguer, a todos nuestros políticos y políticas. Ya sea como candidatos o ejerciendo de presidente.

Los diccionarios deciden definir reelección como la acción de “volver a elegir”, pero a qué costo: dádivas, prebendas y favores.

En este 2024, nuevamente el país está en elecciones para escoger a sus autoridades municipales, congresuales y presidenciales. 9 son las personas pretendientes para 12 millones de dominicanos y 8 de votantes.

Los señores Luis Rodolfo Abinader Corona, Leonel Antonio Fernández Reyna, Abel Atahualpa Martínez Durán, Miguel Octavio Vargas Maldonado, María Teresa Cabrera, Virginia Antares Rodríguez Grullón, Carlos Manuel Peña Batista, Fulgencio Severino Cruz y Roque A. Espaillat Tavárez.

Pero tres de ellos y ellas son los punteros según las encuestas auspiciadas por medios de comunicación, sectores empresariales y políticos. Esos candidatos poseen experiencia de Estado. Uno ha sido presidente de la Cámara de Diputados y alcalde de Santiago de los Caballeros. Abel Martínez. Posee aproximadamente un año como candidato presidencial por el Partido de la Liberación Dominicana (PLD), 2024.

Mientras que otro aspirante tiene el récord de dirigir la República Dominicana en tres oportunidades. Leonel Fernández, presidente del Partido Fuerza del Pueblo (FP) y candidato a ocupar la presidencia de la República, en una cuarta ocasión.

Por otro lado, como siempre ha ocurrido con las personas que llegan a dirigir la nación dominicana, el ahora presidente Luis Abinader Corona cuyo partido Revolucionario Moderno (PRM) antes Alianza Social Dominicana (ASD) fundado por su padre, no creía en la reelección como su anterior (Partido Revolucionario Dominicano, PRD) y con esos postulados a la población, decidió buscar la llamada “maldita reelección”.

Así lo había tildado figuras importantes del PRD luego PRM, y no solo eso, en el caso de Hipólito Mejía, modificó la Constitución en el 2002, para buscar un segundo periodo presidencial. La cual le resultó fallido el segundo intento. Pero más adelante se postuló buscando nueva vez la presidencia de la República e igual falló.

Recordar que Danilo Medina Sánchez expresó en el 2016 varios criterios sobre la “maldita reelección”, subrayando que “Si gano la convención del PLD pediré eliminar la reelección”, también dijo “La reelección debilitaría la economía”. Pero que en casos de crisis sociales y políticas “La reelección obstaculiza los acuerdos” entre los actores en conflictos. Predijo pretendiendo ser escogido candidato por su partido, indicó que “La reelección hará fracasar gobierno y al PLD”.

Sin embargo, el PLD ha sido dirigido por dos presidentes reelectos, Leonel Fernández 3 veces y Danilo Medina en dos ocasiones y pretendía modificar la carta magna para empatar con el hoy ex compañero de partido por tercera vez. Por último, fue el que según medios de comunicación, dijo “El que aspira a la reelección se come un tiburón podrido sin eructar”. Jesús de Nazaret ten piedad del pueblo dominicano.

Desde mi óptica, muy pobre por cierto, observo que a sectores empresariales, de la sociedad civil, medios de comunicación y otros actores; no han objetado al presidente Luis Abinader por buscar la reelección. Al contrario, lo han animado a que puede completar su obra de gobierno con otros 4 años. Pero otra vez, Jesús de Nazaret ten piedad del pueblo dominicano.

Noto por ejemplo a líderes no de los partidos políticos en esa sintonía, personas de la llamada sociedad civil que plantean que como la Constitución permite un segundo periodo el presidente tiene todo el derecho a reelegirse.

Pero resulta que la reelección cuando se es presidente es diferente. Diferente ya que es con recursos facilitados por la ciudadanía sustraídos de los impuestos, que este pretende continuar dirigiendo la nación dominicana.

Porque en la República Dominicana no nos hemos planteado que cuando ocurra la reelección del presidente y vicepresidente, estos sean sustituidos por uno de los presidentes de la Suprema Corte de Justicia o del Tribunal Constitucional, hasta que terminen los trámites electorales y sea elegido el presidente.

Si tomamos esas medidas, entiendo que el presupuesto del ejecutivo sería manejado con pulcritud, transparencia y el dispendio será eliminado.

Por último, recordar que en reelección las personas funcionarios realizan campañas, encuentros, marchas, “donaciones”, en donde en la mayoría de los casos, el dinero utilizado es del presupuesto nacional, es decir, del pueblo dominicano.