La alimentación es la primera medicina (1 de 5)

La alimentación es la primera medicina (1 de 5)

La alimentación es la primera medicina (1 de 5)

Dilenia Cruz

Si bien el título de este artículo es noticia vieja, no quiere decir que en la práctica lo apliquemos.

De hecho, se ha incrementado el inapropiado uso de los alimentos que trae consigo el incremento de la obesidad y otras enfermedades. Adicionalmente, hay dos grupos poblacionales en riesgo de malnutrición, comprendidos por niños y ancianos.

Con el desarrollo de la producción industrial y el acceso a la profesionalización de las mujeres, más madres e hijas salen cada día a ganarse la vida fuera de sus hogares; como consecuencia tienen menos tiempo para alimentar a sus familias con la dedicación que solían.

Los niños, especialmente los de edad escolar, quienes ya tienen mayor independencia y están más influenciados por la televisión y el internet, cada vez son más influenciados a elegir comida chatarra aun teniendo opciones más saludables.

Los ancianos por su parte, producto de diversos factores como: limitaciones físicas, económicas, aislamiento familiar o social también se ven afectados en sus hábitos alimenticios los cuales quizás fueron apropiados anteriormente pero ahora fueron forzados a cambiar.

Como las problemáticas son tan diversa así mismo las soluciones. Lo primero es hacer el ejercicio mental de cómo lo está haciendo cada uno, quienes están en su entorno, a quienes puedo influenciar o ayudar. A partir de ahí podemos encontrar el plan ideal para cada caso.

Es importante tener pendiente que una alimentación saludable y balanceada está determinada por lo que comemos y en la forma que lo comemos. A partir de hoy y por cuatro semanas más quiero traer algunas respuestas a las inquietudes presentadas en los párrafos anteriores. Escríbeme tus preguntas.



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