José Miguel Gómez y la vena autoritaria dominicana

José Miguel Gómez y la vena autoritaria dominicana

José Miguel Gómez y la vena autoritaria dominicana

Miguel Febles

El doctor José Miguel Gómez, médico siquiatra, ha dedicado una parte importante de su vida a observar la personalidad de los principales caudillos y líderes de la vida política dominicana desde el punto de vista de la sanidad mental, pero llama la atención que no lo ha hecho con los principales líderes de la política actual, sino con los de otros tiempos, el más reciente, Joaquín Balaguer, de quien habla como si hubiera vivido en la casa de al lado, Máximo Gómez 25, parte atrás.

Esta ignorancia es, desde luego, una oportunidad para el crecimiento: dedicarle atención a los líderes actuales de la política dominicana.

Parece que prefiere la arqueología siquiátrica, una tarea que debe de ser bastante complicada, porque reclama interés y atención a unos campos a veces muy exigentes, como historiografía, medicina y sociología, no siempre documentables en algunos períodos como el del siglo XIX dominicano, con etapas de verdadera oscuridad intelectual y profesional.

Todavía más: escribir con facilidad implica un ejercicio prolongado y unas destrezas a veces innatas. El doctor Gómez es columnista del periódico Hoy, con una entrega cada lunes, y autor de varios títulos, entre ellos uno en el que hace incursiones —bucea— en la personalidad del dictador dominicano de más largo aliento (Trujillo, 31 años consecutivos en el poder) y ahora en la de su hijo político, Balaguer, al que le examina “Sus tres vidas”.

El doctor Gómez estuvo este miércoles en el almuerzo de los medios de comunicación del Grupo Corripio, encuentro en el que habló con soltura, amplitud y profundidad de las características síquicas de los caudillos dominicanos.
Entre los asuntos tocados en su exposición inicial y en sus respuestas a las preguntas de los periodistas estuvo el de la cuerda autoritaria presente en la sociedad dominicana.

Y uno se siente empujado a preguntarse: ¿ha tenido de casualidad la sociedad dominicana a conductores autoritarios o por tener este rasgo muy marcado en la familia, las instituciones y las organizaciones los prefiere por encima de los civilistas o liberales?

Cuando se le oye hablar de Pedro Santana, Buenaventura Báez, Lilís, Trujillo y Balaguer, se puede caer en la cuenta de sus grandes esfuerzos, pero también del profundo calado del autoritarismo dominicano.