A mí, sí me asombran los escombros, entre los que a diario me muevo. Tu casa, tu iglesia, tu mirada blanca, por bestias confesas, arrebatada. Tan ocupados están, algunos, que no ven, o fingen no hacerlo, por masturbar imágenes, símbolos y palabras, retorciendo sintaxis, para ganarse la gloria, bajo un solo firmamento, de soles y […]