Escaneando el cerebro de un mitómano

Escaneando el cerebro de un mitómano

Escaneando el cerebro de un mitómano

Antropológicamente, la mentira es parte de la evolución.

SANTO DOMINGO.-“Un mentiroso ocasional no es un mitómano. Una persona miente compulsiva e impulsivamente, más lo primero que lo segundo, y esto así porque no puede parar de hacerlo.

Falsea la realidad, estructura toda una estratagema alrededor de sus mentiras y como hemos referido, la mayoría de las veces no miente como recurso sino como hábito”.

Así lo afirma la neuróloga Marcia Castillo, al destacar las características de un mitómano, quien fabula y confabula en torno a sus mentiras, no experimentan remordimientos, por el contrario, suelen tener una hipermemoria, y en muchas ocasiones, prodigan el talento y el carisma que les hace ganarse el respeto y afecto de su círculo cercano.

También, están los casos extremos, la denominada pseudología fantástica (PF), descritos hace más de un siglo por Anton Delbrück, en esta, la persona acaricia el delirio y la fantasía.

La experta dijo que el mitómano tiene gestos y palabras grandilocuentes y está convencido de que su mentira es la verdad.

Las resonancias funcionales revelan que la amígdala (área encargada de regular las emociones), no responde igual en los mitómanos, se va desensibilizando con el tiempo y a nivel frontal hay una desproporción entre la sustancia blanca y la sustancia gris; esto podría explicar la falta de proyección de riesgo, las conductas avezadas y amorales.

Sostiene que “Antropológicamente, la mentira es parte de la evolución, pero cuando lacerar física, moral o espiritualmente a un congénere, dista de ser un parámetro evolutivo.

En el caso de la PF amerita un abordaje transdisciplinar, realizar un adecuado diagnóstico y terapia cognitivo conductual, reconociendo la subyacencia de personalidades como la narcisista, trastornos de baja autoestima o trastorno limítrofe de personalidad”.

Pseudología

— Enigma Tom Ripley
Hermes, en la mitología griega, era conocido por su astucia y habilidad para engañar, patrón de los mentirosos y los estafadores, pero también del comercio. Este enfoque mitológico anuncia la mentira como un fenómeno humano desde tiempos remotos.



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