El deporte está paralizado en todo el mundo, eso lo conocen hasta “los chinos de Bonao”, no es nada nuevo, pero lo que preocupa es en qué momento reiniciarán eventos como la NBA, las ligas de fútbol, el campeonato de F1 y las Grandes Ligas, entre otros.

El inconveniente principal es saber a ciencia cierta cuán dispuestas están las corporaciones patrocinadoras tradicionales de esos eventos, en seguir respaldándolos, por lo menos en el corto y mediano plazo, tras sufrir pérdidas extraordinarias en sus sistemas productivos.

Es una tarea en la que hay que concentrar todos los esfuerzos necesarios, con el objetivo expreso de volver a “reenganchar” esos apoyos en muy breve tiempo.

En espectáculos como las Grandes Ligas, la tarea no creo que sea difícil, porque los estadounidense ven el béisbol como parte de su esencia como nación independiente.
Se puede apostar “peso a morisqueta” a que el deporte en todas sus facetas, tras pasar esta crisis, retornará con más vigor y fortaleza.

RADARES.- Parece mentira que en República Dominicana se ha registrado un retroceso increíble, jamás pensado, al respaldo de las actividades deportivas de parte de los grandes grupos industriales y comerciales, con la excepción de las que integran el Creso.

Hace menos de una década, el empresariado nacional en su conjunto, estaba altamente comprometido con los deportes en todas sus facetas, profesional y aficionado.

Sin embargo, después que la mayoría vendió sus empresas a conglomerados extranjeros, éstos vienen demostrando que les importa un “carajo” la suerte del deporte nacional.

Esto llama a mucha preocupación, porque no ocurre en ninguna otra sociedad de libre mercado como la nuestra.