El burro de Piché

El burro de Piché

El burro  de Piché

Muchos recuerdan la campaña que hicimos hace algunos años en defensa de un burro que defendiéndose mató a mordidas a un señor que, según su propia familia, estaba demente porque diariamente, cuando se iba en el burro para el conuco en Ranchito de Piché, pico Diego de Ocampo, Santiago, le caía a palos sin justificación alguna.

Los familiares, aún conociendo la situación, amarraron en una mata a soga corta a dicho animal sin comida ni agua esperando que transcurrieran los nueve días que exige la ley para sacrificar a un animal.

“El Nacional” escribió sobre ese abuso, nosotros suplicamos públicamente al presidente de la República, al secretario de Salud Pública, al jefe de la Policía, a todos los que podían hacer y nada hicieron.

Todavía me acongojo profundamente cuando veo la foto del burro que apareció en “El Nacional” el miércoles 28 de junio del 2006, con la cabeza para arriba, porque como dije anteriormente lo amarraron a soga corta y no se podía mover.

Y a los nueve días se aparecieron unos criminales parientes del difunto y lo masacraron a palos y a palos le partieron la boca y los dientes.

En ese momento, Dios me perdone, me molesté con él, con Dios, y odié a esa gente que permaneció indiferente con el sufrimiento de un animal tan noble y útil como un burro que se defendió de las golpizas que con un palo y sin motivo alguno le propinaba su dueño todos los días.

Y todavía parte de esa gente insensible y cruel, que permitió el brutal asesinato del burro de Piché, anda por ahí durmiendo tranquilamente en su cama porque no tiene conciencia ni corazón y no siente por los animales ni una gota de piedad. Señores, los animales sienten tanto dolor como nosotros, se enferman como nosotros y sufren como nosotros.

Me van a perdonar, no debería de decirlo, pero mi dolor por todo lo que pasó el burro de Piché es tan intenso que no lo he podido superar, aún lo siento tan profundamente en mi corazón que espero que cuando esa mala gente esté agonizando la figura del burro de Piché se le aparezca amenazante hasta el último aliento de su vida, y que griten asustados desesperadamente pidiéndole perdón al burro y a Dios por toda la maldad que hicieron aquí en la tierra.



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