Cada vez que abro mis redes sociales tengo varias notificaciones de cursos y demás formatos que me invitan a planificar mi 2021. Me paro un momento, me pongo a pensar y me da vértigo vislumbrar una planificación.

Todo 2020 ha sido un proceso de adaptación, de reacción, de ser capaz de no planificar más de un día a la vez y… ¿me están hablando del 2021?

No puedo ahora mismo pensar cómo me veo en unos meses, mi fuerza está concentrada en el ahora y solo quiero dejarme fluir, esa es la palabra y el sentir que necesito ahora mismo porque creo que si organizo o planifico algo, de nuevo, y nada de eso se produce por circunstancias que no puedo controlar voy a acabar cayendo de nuevo en la ansiedad que deseo que se quede en este 2020 que acaba.

De la única manera en la que me siento en control ahora mismo es soltando ese control, para de esa forma tener la fuerza, la capacidad mental y la emocional de ver cada día como un avance.

Así que quien quiera y pueda planificar que lo haga, si es lo que necesitan, pero yo solo quiero, como les dije, fluir sin presionarme por correr, por lograr, por alcanzar algo.
Para alguien como yo es difícil soltar.

Siempre me he considerado una persona extremadamente cuadrada, pero quizá por eso estos últimos meses me ha costado tanto entender lo que estamos viviendo.

Y ya no intento entender, sino aprender y definitivamente una de las cosas que me ha traído el 2020 es que puedes planificar lo que quieras que de un día para otro todo cambia. Así que 2021 ven, te espero, solo aspiro a que traigas salud y que el bicho sea controlado.
Lo demás, que llegue.