Desesperanza e impotencia definen el estado de ánimo de los padres y las madres de más quinientos niños y niñas de la comunidad de Arroyo Cañas, a propósito del inicio de este nuevo año escolar. Sí, allá en la Ocoa del Padre Luis Quinn, en la escuela, a los niños y niñas les está prohibido hacer sus necesidades fisiológicas, al menos en condiciones de respeto a la dignidad humana.
Las madres y los padres, pese a estar convencidas y convencidos de lo necesario e importante que es la asistencia de sus criaturas a la escuela, se resisten a enviarlas, sobre todo, a sus hijas. Es que tener que hacer sus necesidades fisiológicas a la intemperie constituye una agresión a la dignidad humana.
Círculos humanos sirven de protección a las niñas que, inevitablemente, tienen que orinar en el tiempo que pasan en la escuela. En tales condiciones la privacidad no tiene espacio, la vergüenza es profundamente ofendida y, la escuela que debe ser un lugar agradable y atractivo a niños y niñas, deviene en una tortura.
La remodelación de la escuela primaria de Arroyo Cañas comenzó en el año 1999. Diez años parecen no haber sido suficientes para que los gobiernos, incluido dos, más el que transcurre, del presidente Fernández, que se reivindica moderno y promotor del progreso, encontraran una pequeña dosis de voluntad política, para disponer de unos cuantos pesos y terminar ese plantel educativo.
Resulta absolutamente increíble que con el nivel de derroche que se exhibe desde el gobierno, la cantidad de recursos del erario público que se dilapidan vía la corrupción y el clientelismo político, los niños y las niñas de Arroyo Cañas, en Rancho Arriba, no puedan disponer en su escuela de un baño, así sea de cartón piedra, aunque sea para cubrir su dignidad y su vergüenza.
Esta PIZARRA no entiende la existencia de una realidad como la que describimos, bajo un gobierno que asegura una y otra vez que, sin la educación la República Dominicana se hunde, que la educación es su principal prioridad, y que ha modernizado el sistema educativo del país. Entonces habría que pedir que se pare el progreso y la modernidad, construyan un baño y terminen la escuela de Arroyo Cañas.
