Para muestra, dos botones

Para muestra, dos botones

Para muestra,  dos botones

Las informaciones fiables con las que cuenta EL DÍA indican que el asalto a la cárcel de Najayo fue una operación planificada por un grupo de narcotraficantes que requería poner en la calle a uno de los sicarios que estaba privado de libertad en ese penal y que finalmente murió en el intento.

Ese grupo de narcotraficantes es el responsable de muchos de los crímenes ocurridos desde hace varios años en todo el país, especialmente en la región Este y el Cibao Central-Nordeste.

En adición, tiene una especie de guerra soterrada con otras personas a las cuales las autoridades sindican como cabecillas de otra banda de narcotraficantes.

Hay fuertes evidencias de que ese plan de fuga contaba con un fuerte respaldo armado externo, pero con complicidades a lo interno del penal, especialmente de la parte que aún está bajo el viejo modelo penitenciario en la cárcel de Najayo.

La descripción de cómo ocurrieron parte de los hechos en ese intento de asalto de la cárcel por una banda criminal es impresionante.

Las autoridades sospechan que la muerte de un exoficial de la Policía Nacional en la cárcel de La Victoria está vinculada con los sucesos de Najayo, o por lo menos fue orquestada por la misma cabeza.

Tres días después el país vuelve a ser conmocionado con un atentado en la estación “Mauricio Báez” de la segunda línea del Metro de Santo Domingo, acción que pudo convertirse en una tragedia mayúscula.

Las evidencias recogidas posteriormente por las mismas autoridades del Metro arrojan fuertes indicios de que se trató de una acción premeditada por un individuo que introdujo en uno de los vagones el artefacto incendiario y luego abandonó las instalaciones sin mayores dificultades.

Como se puede observar, estamos frente a dos acciones que representan claros desafíos al Estado.

El listado podría ampliarse, incluso en la esfera internacional, pero para muestra esos dos botones.
Las señales que estamos viendo no son buenas.



Etiquetas