La Universidad Autónoma de Santo Domingo sigue sin docencia. Antes requerían un diálogo para establecer el alcance y las promesas necesarias para el cumplimiento de un pliego de demandas, incluido un por ciento para el aumento salarial a los maestros.

El diálogo se hizo y en él participaron autoridades de la academia con la ministra representante de la cartera que norma el sistema. Los acuerdos, según los maestros, no llenan sus expectativas y no ofrecen garantías de cumplimiento.

El calendario académico ha sufrido múltiples interrupciones en todo el proceso. No importa mucho el futuro de los estudiantes. Los maestros están enfocados en el presente, que no incluye insuflar calidad para la academia y modernidad en los planes de estudios que se imparten.

Hay propuestas para identificar recursos que cubran parte de los aumentos salariales. El rector Grullón planteó que hay fuentes internas que aportarían al financiamiento.

En otras palabras, soluciones hay, lo que no hay es una decisión de sacar a la academia del entrampamiento en que está sumida, y sobre todo insistir en el recurrido plan de reclamos, que desde hace decenios se parapeta en la suspensión de docencia.

En la mente de los maestros, debido a la posición que ocupan y los estudios hechos, debe primar la sensatez; y pensar un poco más en reanudar la docencia, y cuanto antes mejor.